lunes, 11 de agosto de 2014

Del poemario que nunca escribiré

Ejercicio ajeno a toda moral.
Atentado. Flecha certera
en contra de las buenas costumbres.

Las palabras, una a una,
se cubren el rostro, apenadas,
indefensas,
Fluyen sobre la página
monótonamente.
El Poeta,
                        artero, inmisericorde,
usa y abusa del lenguaje,
dice lo indecible,
edifica falsas realidades.

Confiésalo, Poeta.
Has público tu crimen,
destruye esas palabras,
permite a los pájaros ser
pájaros y peces a los peces.
Abandona las metáforas,
devuelve al lenguaje
su voluntad primera.
No detengas las miradas,
                   los gestos,
                   los sonidos.
deja que el tiempo fluya,
deja que se abisme el instante,
que todo desemboque

en su final inapelable.

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