domingo, 24 de octubre de 2010

Sembradío de letras

Esta semana recibí un correo de mi amiga Silvia, mejor conocida en la blogosfera como Wastedcherry, donde me invitaba a participar en un círculo de lectores, con motivo de unas encuestas que se publicaron recientemente, donde revelaba algo que en México no es nada nuevo: que nadie lee. Entonces se le ocurrió poner su granito de arena y aportar con ideas, esas que si son valiosas y no las pendejadas del gobierno como esas de Iniciativa México, donde le hacen creer al pueblo que las cosas van a cambiar, solo por que Televisa y Tv Azteca dicen que asi va a ser. Neta pinches demagogos quieren hacer algo, que les parece y si donan toda la lana que cuesta producir eso a foros educativos, al crecimiento de editoriales, a bajar los costos de distribución de libros y sobre todo: A TERMINAR CON EL SINDICATO DE MAESTROS. Puta madre, hasta la sola idea los hizo que se cagaran. En fin, Silvia propone... que carajo, que sea la misma Silvia quién se los diga; sobra decir que cuenta conmigo y a darle, ahí les dejo el link:

jueves 21 de octubre de 2010

Desocupado lector:

De acuerdo con la primera Encuesta nacional de lectura, realizada en octubre de 2006 de manera conjunta por el CONACULTA y la UNAM, el promedio de libros leídos por los mexicanos al año es de 2.9 por habitante; sólo 4.2% de la población total rebasa la cantidad de 10 libros anuales. Esta es una situación inquietante, más cuando hay tanto que leer. Precisamente por eso, por las muchas letras que podemos devorar y no lo hacemos, se me ocurrió abrir un blog con el cual pudiera establecer un círculo de lectores, algo que se me antoja sumamente gratificante, pues una cofradía como ésta no sólo fomenta el acto de leer, también promueve el proceso de digestión de textos y con ello —tomando en cuenta que para seguir echando alimento al costal, necesitamos primero procesar lo ya consumido—, se facilita el que uno siga apeteciendo hurgar en el librero ¿no?

Bueno, ya está, basta de insinuaciones. Si han leído estas líneas, deberán entender que lo que he tratado de hacer es invitarlos a que participen, les juro que será una experiencia saludable. Sé bien que algunos de ustedes, afortunadamente, superan la hazaña del 4.2 por ciento que describe la estadística, otros tal vez no, de cualquier manera los incito a mantenerse o a ponerse en forma por medio del coaching libresco que he configurado, éste consta de tan sólo 12 libros; uno por mes. Aunque en un principio había pensado en uno por quincena, considerando que algunos pueden sentir este ritmo algo pesado o, bien, los más voraces ya tendrán también otros volúmenes en mente, una obra por mes es suficiente.

La lista que preparé no sigue ninguna preferencia o capricho personal, tampoco fue elaborada pensado en el prestigio de los escritores — aun cuando la mitad de ellos han obtenido el Nobel— simplemente fue ideada guiándome en mis notas de lecturas pendientes, las cuales están impregnadas del comentario frecuente de: Pero cómo, ¿no lo has leído aún? Esta es:

Noviembre: J.M.G Le Clezió, El pez dorado.
Diciembre: Juan José Millás, El orden alfabético
Enero: Kazuo Ishiguro, Un artista del mundo flotante
Febrero: Doris Lessing, Diario de una buena vecina
Marzo: Juan Marsé, La oscura historia de la prima Montse
Abril: Tony Morrison, Ojos azules
Mayo: Alessandro Baricco, City
Junio: José Saramago, Las intermitencias de la muerte
Julio: Rosa Regás, Azul
Agosto: J.M. Coetzee, En medio de ninguna parte
Septiembre: Roberto bolaño, Llamadas telefónicas
Octubre: Herta Müller, En tierras bajas
Silvia Teresa Flota Reyes

viernes, 15 de octubre de 2010

Mario Vargas Llosa: Premio Nobel de Literatura 2010



Como todos han de saber ya, en los últimos días le fue otorgado a Mario Vargas Llosa el premio Nobel de Literatura 2010 y yo, como de costumbre, me espero un poco para hablar de estas cosas, y procuro no irme con la emoción inicial. Hace apenas poco más de un año, escribía yo sobre su novela "La tia Julia y el escribidor", y en aquella ocasión también comentaba que esa era mi primer acercamiento formal con su obra. A lo largo de este tiempo, me he acercado más a ella, con (ahora si) sus textos más celebres: La guerra del fin del mundo, La fiesta del chivo, Pantaleon y las visitadoras. Textos maravillosos y bellamente escritos, donde nos muestran a un escritor plenamente hecho, de un estilo propio y una ideología claramente marcada. Casi nunca leo a gente abiertamente de Derecha, no por alguna razón en particular, no me paso la vida buscando quien carajo es de izquierda para poder leerlo, simplemente que no he tenido la fortuna de encontrarme con muchos escritores con esta postura política; Octavio Paz, por ejemplo, era un tipo de ideología de izquierda, es suficiente con revisar "El Laberinto de la Soledad" uno de sus textos más celebres, para notarlo; y por otro lado abría que leer "Tiempos Nublados", un libro abiertamente de derecha; el mismo Borges, que hizo más de una declaración desafortunada y hay quién asegura que era de inclinaciones fascistas (cosa que a mí me vale madre, yo no soy, ni pretendo ser biógrafo de nadie, ni juzgar a nadie, a mí me importa la literatura). El punto de todo esto es, que Vargas Llosa pertenece a una generación donde todo el mundo era de izquierda, cenaba con Castro y portaba camisas del Che; Neruda, Garcia Marquéz, Cortázar, etc., y este hombre fue el único en salir a decir: Yo no estoy de acuerdo con eso.




Con el escritor peruano suman ya seis los escritores latinoamericanos en obtener este reconocimiento: Gabriela Mistral (chilena, 1945), Miguel Ángel Asturias (guatemalteco, 1967), Pablo Neruda (chileno, 1971), Gabriel García Marquéz (colombiano, 1982), Octavio Paz (mexicano, 1990) y ahora Mario Vargas Llosa (peruano, 2010). Seis estilos notablemente diferentes, seis formas de ver el mundo distintas, seis compromisos notables. Pero ante todo esto, surgen inevitablemente las preguntas de siempre: ¿cómo se elige a un premio Nobel? ¿se encierran y nadie sale hasta que hay humo blanco? ¿o son jurados, como en Cannes, que cambian cada año y eligen según el gusto del jurado en turno? La respuesta está en ésta última pregunta. El jurado de la academia no obedece a perfiles literarios ni ideológicos como lo han sugerido, de hecho, a lo largo de la historia de este premio, se ha condecorado en más ocasiones a socialistas/comunistas/loquesigue, que a otros. Desde Neruda (en pleno exilio), García Marquéz y recientemente a José Saramago, que a la gente de derecha. Queda claro que la postura política no influye, el estilo o género literario tampoco lo hace. ¿Luego que lo determina? nada, es arbitrario, al jurado en turno le gusta algo y lo premia, punto. No hay más. Y el resultado de esto, de no proponer una lista de criterios, ha llevado a esta Academia de suecos, gorditos, flatulentos (por el queso) y puntuales, a cometer serias omisiones que van desde Henry Miller, hasta el mismo Borges, pasando por Mishima. Me preguntó, ¿habrá alguien que no este de acuerdo con que Borges merecía el Nobel? ¿Cortázar? Coincido en este año y lo celebro, nuestras letras latinoamericanas son riquísimas y me da mucho gusto que las reconozcan. No me atrevería a decir bajo ninguna circunstancia a decir que son mejores o mas vastas que otras. La literatura rusa es inigualable, los orientales, Mishima, Kawabata, puta madre, son inmejorables. La poesía francesa es sublime. Pero lo que si me atrevo a afirmar, es que la originalidad y la diversidad de las letras lationoamericanas, no tienen paralelo. Su riqueza de estilo y temprana madurez le han valido elogios en todos lados.


Regularmente discrepo de las decisiones de este tipo, y si bien siempre será un buen pretexto para leer a gente poco traducida al español, me queda claro que este premio no celebra la calidad literaria, sino la popularidad. Ojo, no estoy diciendo que los laureados no tengan la suficiente calidad, digo que ha falta de criterios claros, esto siempre dependerá del gusto de alguien y por ende, siempre generará conflicto.

sábado, 9 de octubre de 2010

En pocas palabras...

Tenemos que llenar el mundo de letras.
¿Qué mejor que el lenguaje
para explicarlo?...
¿Qué mejor que la literatura
para inventarlo?...

Jontan Frías

domingo, 3 de octubre de 2010

El Maestro y Margarita - Mijaíl Bulgákov

Esta semana me quede pensando en que hacía un buen tiempo en que no les hablaba de ningún libro y decidí que este era ideal para retomar ese camino. Este libro llegó a mis manos vía recomendación de una persona muy cercana a mí, me habló del libro y me contó como era un texto que estaba maldito, pues cada que lo compraba o se lo robaban o lo extraviaba y todas esas. Para cuando me platicó de él, no lo tenía físicamente así que me pasó un archivo en pdf y así pude hacer mi primera lectura. Mala, cansada y hasta tediosa, es difícil leer un texto entero en un monitor. Pero hace unas semanas se lo encontró, lo re-adquirió y acto seguido, se lo quite yo. No hay ningún problema, pretendo regresarlo y dar fin con ese maleficio. A mi también me ha pasado, nunca pude leer Cumbres Borrascosas, lo compre al menos tres veces y jamás lo leí y ahora, que lleva tiempo empolvándose la última copia que compre en mi librero, ya no lo quiero leer, no sé, tal vez algún día. En fin, el chiste de todo esto es que una vez, libro en mano, me senté a leer esta deliciosa obra de Mijaíl Bulgákov; así es, Ruso, parece ser que esos tipos tienen algún tipo de cromosoma que el resto no tenemos, porque nada más es cosa de darles una pluma y papel para que escriban Crimen y Castigo o Ana karenina.

Imaginen que un día cualquiera están ustedes sentados en su cafetería favorita, resolviendo el mundo (como suelen hacerlo todas las personas que se han leído al menos un par de libros) y que él tipo de al lado no deja de interrumpir su charla hasta que palabras más palabras menos, ustedes descubren que el tipo es el mismísimo Lucifer, el Príncipe de las Tinieblas, el Ángel Caído, etc.. ¿Qué harían?... Cagarse, ya se; pero además de eso. ¿Se quedarían hablando con él? Pues así da principio esta gran ficción. El Diablo un día decide aparecer en Moscú y ponerla de cabeza (lo que es no tener nada que hacer), en busca de la Bruja Margarita (si ya saben, sombrero, completamente desnuda y con su escoba). En esta búsqueda, ustedes serán testigos de como con su sola presencia hará enloquecer a toda la sociedad y la hará caer en una psicosis colectiva de alcances épicos (y bastante divertidos). Masas que aseguran haber visto cosas que no estaban en su lugar, decapitados vueltos a la vida, un gato gigantesco de nombre Hipopótamo, que gusta de la lectura y muchas más cosas increíbles de por medio. Desde un desayuno con Kant hasta el mismo juicio en contra de Jesús narrado desde el balcón de Pilatos.



Esta tremenda ficción fue el gran pretexto de Bugákov para hacer una tremenda crítica a la falsa e hipócrita élite (me caga esa palabra) intelectual (esa también) rusa de los 30. Causa por la cual fue perseguido y hostigado hasta su muerte en los cuarenta, sin haber visto siquiera su obra publicada, misma que no vio la luz sino hasta los sesenta y toda manoseada. La editorial Posev fue la primera en hacer una edición integra, misma que es la que circula hoy día. Si quieren pasar unos días acompañados de una gran prosa, ya saben que los rusos para eso son maestros, una historia bastante divertida y un par de ideas que nos harán revisar nuestras propias posturas ideológicas (y de las otras), este es un gran libro. Llevensela leve.