martes, 8 de septiembre de 2015

Now's the time

A principio de los cuarenta en el club Minton’s Playhouse, en Nueva York, se reunían casi todas las noches los creadores de un nuevo sonido: Thelonious Monk, Kenny Clarke y Dizzy Gillespie. Décadas atrás, reuniones de este tipo, encabezadas por Tristan Tzara y su Cabaret Voltaire, habían dado origen al  Dadá y con él al Surrealisme. Para 1944 ese sonido en gestación llegó a la calle 52 donde Gillespie y Parker comenzaron a trabajar con todas las posibilidades que les permitía. El bebop contenía la estructura tradicional del jazz, sí, pero era otra cosa. Su construcción era más ágil, más trepidante, llena de vértigo.

El resto del texto en la Revista Parteaguas

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