martes, 6 de diciembre de 2011

Italo Calvino - Dos momentos



Un nuevo autor acaba de llegar a mi vida. El nombre de Calvino me sonaba hacía mucho tiempo, veía sus libros en los libreros de las librerías que visito, amigos me lo recomendaban, etc. Pero ya saben, uno es renuente a las cosas que le llegan casi por obligación. Cuando un autor es demasiado nombrado me vuelvo renuente a su obra (mea culpa) y me alejo. Hace aproximadamente un mes llegó a mis manos un ejemplar de El Barón Rampante y decidí leerlo. "No puedo creer de lo que me he perdido" fue mi primer reacción. La historia de éste libro me sobrecogió desde el inicio. Un libro de aventuras al estilo Gulliver, plagado de escenarios asombrosos y bellamente descritos. En esta novela, Calvino nos narra la vida de Cosimo, un hombre que una noche, después de una disputa familiar, decide vivir sobre las copas de los árboles y no bajar jamás. Todo es narrado por el hermano menor de Cosimo que mira a su hermano con admiración, asombro y un poco de temor. Un libro, como todos los de esta clase, lleno de amor, aventuras insólitas y tomadas de pelo. A lo largo de sus 200 páginas me quedé pasmado con la pluma de este hombre, ¡qué capacidad narrativa! extraordinario libro, que va de las llanuras italianas a las campiñas españolas sin poner un pie en la tierra.




Casi de inmediato que terminé de leer el libro, conseguí Si una noche de invierno, un viajero, novela que se abalanza desde la primer línea en la más pura tradición metaficcional de la más alta calidad. Soy aficionado a este tipo de expresión literaria, cómo no serlo después de leer Continuidad de los parques o Las ruinas circulares, o La mano del comandante Aranda. En esta novela Calvino nos introduce en una aventura policíaca al más puro estilo de Chesterton, en donde el personaje principal eres tú lector. Desde el inicio comienza una búsqueda por el libro Si una noche de invierno, un viajero de Italo Calvino, mismo que tienes en las manos pero que no tienes en realidad; lo que tienes son 300 páginas laberínticas, plagadas de senderos iluminados por el desconcierto y la incertidumbre. Primero hay que descubrir que paso con el libro de Calvino, después encontrar al autor (que resulta no ser Calvino) en un viaje que va de Japón a Sudamérica y finalmente encontrar los hilos que unen una historia de 10 oraciones. Extraordinario ejemplo de una maestría narrativa como pocas. Aquí también el amor juega un papel importante, dado que Lector, no estás solo en la búsqueda, te acompaña una lectora (o viceversa).
Me fascinó tener esta experiencia de poder leer de manera seguida la primer novela y la última de un autor nuevo para mí. No hay nada más grato que ver que los escritores crecen, se arriesgan a salir de sus zonas de seguridad, se alejan de sus formulas (conscientes o no) y abordan nuevas temáticas y nuevos rumbos. Sin duda, este italiano ahora formará parte de mis pesquisas literarias y espero de las suyas también.

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