Esta semana me quede pensando en que hacía un buen tiempo en que no les hablaba de ningún libro y decidí que este era ideal para retomar ese camino. Este libro llegó a mis manos vía recomendación de una persona muy cercana a mí, me habló del libro y me contó como era un texto que estaba maldito, pues cada que lo compraba o se lo robaban o lo extraviaba y todas esas. Para cuando me platicó de él, no lo tenía físicamente así que me pasó un archivo en pdf y así pude hacer mi primera lectura. Mala, cansada y hasta tediosa, es difícil leer un texto entero en un monitor. Pero hace unas semanas se lo encontró, lo re-adquirió y acto seguido, se lo quite yo. No hay ningún problema, pretendo regresarlo y dar fin con ese maleficio. A mi también me ha pasado, nunca pude leer Cumbres Borrascosas, lo compre al menos tres veces y jamás lo leí y ahora, que lleva tiempo empolvándose la última copia que compre en mi librero, ya no lo quiero leer, no sé, tal vez algún día. En fin, el chiste de todo esto es que una vez, libro en mano, me senté a leer esta deliciosa obra de Mijaíl Bulgákov; así es, Ruso, parece ser que esos tipos tienen algún tipo de cromosoma que el resto no tenemos, porque nada más es cosa de darles una pluma y papel para que escriban Crimen y Castigo o Ana karenina.
Imaginen que un día cualquiera están ustedes sentados en su cafetería favorita, resolviendo el mundo (como suelen hacerlo todas las personas que se han leído al menos un par de libros) y que él tipo de al lado no deja de interrumpir su charla hasta que palabras más palabras menos, ustedes descubren que el tipo es el mismísimo Lucifer, el Príncipe de las Tinieblas, el Ángel Caído, etc.. ¿Qué harían?... Cagarse, ya se; pero además de eso. ¿Se quedarían hablando con él? Pues así da principio esta gran ficción. El Diablo un día decide aparecer en Moscú y ponerla de cabeza (lo que es no tener nada que hacer), en busca de la Bruja Margarita (si ya saben, sombrero, completamente desnuda y con su escoba). En esta búsqueda, ustedes serán testigos de como con su sola presencia hará enloquecer a toda la sociedad y la hará caer en una psicosis colectiva de alcances épicos (y bastante divertidos). Masas que aseguran haber visto cosas que no estaban en su lugar, decapitados vueltos a la vida, un gato gigantesco de nombre Hipopótamo, que gusta de la lectura y muchas más cosas increíbles de por medio. Desde un desayuno con Kant hasta el mismo juicio en contra de Jesús narrado desde el balcón de Pilatos.
Esta tremenda ficción fue el gran pretexto de Bugákov para hacer una tremenda crítica a la falsa e hipócrita élite (me caga esa palabra) intelectual (esa también) rusa de los 30. Causa por la cual fue perseguido y hostigado hasta su muerte en los cuarenta, sin haber visto siquiera su obra publicada, misma que no vio la luz sino hasta los sesenta y toda manoseada. La editorial Posev fue la primera en hacer una edición integra, misma que es la que circula hoy día. Si quieren pasar unos días acompañados de una gran prosa, ya saben que los rusos para eso son maestros, una historia bastante divertida y un par de ideas que nos harán revisar nuestras propias posturas ideológicas (y de las otras), este es un gran libro. Llevensela leve.
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