sábado, 14 de agosto de 2010

Sin nada que decir...

Qué carajo, la verdad es que escribir de manera cotidiana es algo sumamente complejo, se agotan las palabras, la cotidianidad absorbe, el tiempo desvanece. Es bastante cómico el cómo sin importar la inexistencia de ustedes (y aun así vaya que existen), compromete. No es que uno se siente escribir con la idea fija de que va a encontrar lectores en sus palabras y mucho menos comentarios, pero si es verdad que los textos, así sean esas palabras fétidas y vomitivas de quién encuentra en estos espacios un lugar para hablar de su vida privada y exponerse públicamente. En la red, buscando cosas, como casi todos me he encontrado con una pasarela de gente disecada que se exhibe como mercancía, puesto que así entiende que debe ser la vida, una infinita relación entre oferta y demanda de productos y servicios, desde quien vende su virginidad en mercado libre hasta quien compromete sus decisiones familiares al escrutinio público. Por supuesto que también están los otros, los que comprometen sus ideas, los que encuentran en estos espacios un foro valido para denunciar y exponer, con responsabilidad de juicio, sin importar que lo hagan por mero gusto de compartir y no con esa falsa idea de cambiar el mundo una letra a la vez.
Fuera de un par de personas que he tenido el gusto de conocer, la verdad es que toda la gente que entra en este espacio carece de rostro y de voz y sin embargo son importantes, dedican un par de minutos a revisar lo que este vividor (servidor) escribe con mediana regularidad, y eso compromete a procurar no poner aquí fotos mías completamente ebrio en alguna fiesta (aunque sería divertido), sino a poner algo que al menos sirva de entretenimiento, carajo, que arranque una sonrisa franca diciendo: Mira que pendejadas dice este tipo o que mierdas tiene este en la cabeza para pensar eso.
Pero también me he encontrado con cosas interesantes como con jalozadas.blogspot.com, donde Antonio nos cuenta semana a semana sus inquietudes y sus esfuerzos contra las editoriales, mostrando su trabajo literario, algunas veces con mejor suerte que otras, pero siempre incansable. O wastedcherry, donde Silvia no para en su lucha de promover la cultura con particulares esfuerzos en la plástica, dado que ella es pintora en receso como me lo contó en un café. O Keith, que con pocas palabras, pero muchas imágenes, nos comparte su manera de ver el mundo que se construye todos los días y que nos comparte.
En fin, como bien habrán adivinado, esta semana me quede sin nada que decir y pensé en hacérselos saber (yo no los voy a pendejear como lo hacía Bukowsky). Y a falta de palabras, esto que es algo de lo más bello que he escuchado en mi vida. Llevensela leve.


1 comentario:

Silvia Teresa dijo...

Pues es bueno que estés aquí, haciendo un esfuerzo, a mí almenos, me hace abrir mis oídos, reflexionar con tus propuestas, así que anda, sigue en ese intento que aquí estamos los lectores.