Decir que Dylan es la más grande estrella dentro del firmamento del rock, realmente no nos dice nada. Decir que ha ganado, Grammys, Golden Globs, Oscar, Pulitzer, que ha sido investido caballero por la Orden de las letras y las artes en Francia, que se le otorgó el premio Príncipe de Asturias y que ha sido nominado 4 veces al premio Nobel, tampoco nos dice mucho.
Robert Zimmerman, recién cumplió 69 años el pasado 24 de mayo y me hizo pensar en toda su trayectoria y en todo lo que ha logrado, lo verdaderamente importante y no este listado que seguro le importa poco, hablo del gran respeto de todos los músicos, el reconocimiento de las masas con su himnos, así es, Dylan no se conformo con hacer canciones, él siempre rompió los esquemas y ha sido el único en poder mandar al carajo los estilos, y sobre todo a sus fans, por seguir sus convicciones. Atacado cuando dejo el Folk por el Rock, cuando se volvió cristiano y seguramente cuando tome su siguiente decisión también será atacado, como cuando sacó un álbum navideño el año pasado.
De verdad, que se puede decir de alguien que tras más de 50 discos, todavía es capaz de llegar al numero uno de listas de ventas, como ocurrió con el disco Modern Times (2006). Nada, no hay que decir nada, solo agarrarnos de nuestro egoísmo de fanáticos y esperar, en estos días en que el metal llora la perdida de dos de sus hijos (Ronnie James Dio y Paul Gray), que nos dure muchos años más.
Hace un par de noches, me encontraba en una pequeña reunión familiar, ya saben tíos, primos, los amigos advenedizos, y uno que otro agregado cultural. La dinámica todo el mundo la conoce, ponerse hasta la madre de ebrios, que más si no. El sentido del por qué carajos estoy aquí escribiendo esto, cuando tenia pensado esta semana mostrar otra cosa, que por ende pospondré una semana más, es que ya entrada en copas y en horas la noche, ya saben que a todo el mundo le da por ponerse filosófico y supone tener todas las respuestas del mundo: La solución contra el narcotráfico, quien tiene secuestrado a Diego Fernández de Ceballos, por qué México nunca va a ganar un mundial y todas esas. Pero en esta ocasión el iluminado anfitrión (no voy a revelar nombres, no se trata de andar quemando gente nada mas porque si) nos sorprendió con una cátedra de la economía de país. De entrada estaba diciendo una bola de estupideces que no le estaba poniendo atención, yo andaba por ahí viendo que me comía, porque habían servido de cenar muy temprano y yo no había llegado. Total que estaba ahí, este monito peleándose que porque el petroleo y las fuentes de empleo y todas esas, hasta que por fin soltó la frase que me hizo respingar; dijo: "la verdad es que seguramente es la voluntad de Dios, que estemos tan jodidos, porque yo veo que el presidente hace todo lo que puede y no pasa nada".
Bueno, no voy a discutir aquí sobre la existencia de Dios, ni mucho menos, cada quien sus filias, pero lo que si no se puede permitir es que un tipo, que esta muy, pero muy por encima de la clase baja, no sólo en México, sino en el mundo, sin exagerar tampoco, no estoy diciendo que nade en dinero el tipo, pero creo que alguien que goza de una pantalla de plasma de 40" en su sala, con un bonito reproductor de blue ray, y demás artilugios, no tiene derecho a decir que estamos jodidos. El resultado de mi inesperada irrupción es irrelevante, no creo tener la razón, como nadie la tiene, esto no es tan sencillo como sentarse a tener buenas intenciones en una mesa de café o en una peda familiar, pero que poca madre tiene un tipo que culpa a Dios (otra vez, sin entrar en polémica) por la terrible ineptitud del estúpido, ultraderechista del presidente Felipe Calderón, que a los ojos de todos se la ha pasado en la pendeja, manteniendo una ola de asesinatos diarios por todo el país, porque no olvidemos que el terror y el pánico tienen una fuerza electoral increíble. Ejemplos sobran, pero basta mencionar a todos los presidentes de los estados unidos, si me vale madre lo que piensen Lincon también era un hijo de la chingada, y Washington y Kennedy y todos y cada uno de ellos, que lo único que persiguen es enriquecerse a cualquier precio y chinguese quien se chingue. No digo más, mejor les dejo un cortometraje que vi hace muchos años y que desde entonces no he dejado de difundir, pero no había surgido la oportunidad de presentárselos a ustedes. Por si alguien quiere preguntarle a Dios o a quien se les de la gana por qué pasan estas cosas.
P.D.: si alguien tiene la respuesta, déjela aquí por favor
Reconozco que esto debería de estar en mi otro blog (revolveralternativo.blogspot.com) pero la verdad es que se me juntaron algunas cosas y decidí ponerlo en este espacio, así que perdonen la inmiscución terrupta, diría el buen Cortázar. Pues bien, resulta que se juntaron a tres músicos generacionales para hablar sobre la guitarra eléctrica, su relación con ella, su proceder como músicos, etc. Ya saben Jimmy Page, The Edge y Jack White, que decir de estos músicos, en lo particular no entendía bien que hacía The Edge ahí, no me parece un gran guitarrista ni mucho menos, pero después de ver lo que hace con sus consolas de mando me dejó un poco con la boca abierta, sigo detestando a U2, eso no cambia, pero mi percepción sobre el trabajo de él si se ha modificado. Hablan a lo largo de 2 horas sobre sus influencias, inicios, primeros sitios donde tocaron, en fin todo un documento invaluable sobre la historia y evolución del rock. Imaginen cuando el señor Page toma su guitarra y les enseña los acordes de Kashmir, las caras de Jack y de Edge son sorprendentes. Los extras mención aparte, contienen cosas increíbles y uno como espectador alcanza a ver, que el material que se quedó fuera, da para otras dos horas de filme. Dirigida por Davis Guggenhaim, esta película nos hará pasar un rato delicioso en compañía de buena música, así que dejen de leer y saquen las guitarras.
Yukio Mishima, escritor, filósofo, ideologo, suerte de guerrillero, libertador, cineasta y un largo etc. Sin duda uno de los personajes más relevantes y trascendentes del pasado siglo. Sus novelas se han traducido a decenas de idiomas y con todo, no termina por recibir los honores que merece. Por supuesto que la élite (me caga esa palabra) se regodea con su nombre y hace ensayos y publica artículos y demás, pero de cuando en cuando surgen tipos honestos como Kawabata o Henry Miller que no escatimaron en elogios bien merecidos. Si en verdad no tienen idea de quién es Mishima, los invito a investigar y sumergirse en su biografía. En lo personal nunca he sido un gran lector o siquiera un lector esporádico de biografías, pero la de este hombre es más apasionante que su obra en sí, si es que eso es posible. Uno de sus textos más célebres es Confesiones de una Máscara (1948) y su tetralogía El mar de le fertilidad (1964-1970), pero en esta ocasión yo quiero compartirles unas cuantas impresiones sobre el texto El pabellón de oro, que entre otras cosas inspiro la película Mishima, dirigida por Paul Schrader y producida por Francis Ford Coppola y George Lucas, quien -para nadie es un secreto- admiraba por encima de todo, las culturas orientales, es suficiente ver Los siete samurais de Kurosawa para percatarse de donde surgió la saga Star Wars.
El pabellón de oro fue publicada en 1956 y esta basada en acontecimientos reales, tales como el incendio de un famoso templo budista a manos de un joven novicio. El personaje principal es un joven llamado Mizaguchi, quien a temprana edad sufre la perdida de su padre y este suceso lo lleva a una serie de eventos que tendrán como consecuencia una serie de trastornos de orden psicológico muy interesantes: una motricidad entorpecida, un tartamudismo desesperante, etc. Poseedor de un físico delgado y frágil, y de un tremendo complejo de inferioridad, Mizaguchi emprende un viaje interior de consecuencias evidentes y asombrosas, al ser admitido en el monasterio del Rokounji, gracias a la benevolencia del Prior. Dentro de este monasterio se encuentra el Pabellón de Oro, por el cual desarrolla una extraña fascinación patológica, que dara pié y también, vuelta a toda la historia. A través de este personaje, Mishima nos deja ver muchas de las ideas que lo identificarán y representarán, hasta el día en que -derrotado en sus intentos de devolverle todos los valores olvidados a su patria- decidió hacerse un sepoku o vulgarmente conocido como hara kiri en plena televisión nacional: sus ideas estéticas, sus obsesiones, la amistad, el amor, su sexualidad, el arte, etc. No hay mucho más que agregar, este es quizá el libro más bellamente escrito -esto lo digo en un sentido estético- de toda su obra. Lo anterior encuentra sentido en el tema mismo, la fascinación por el arte, diferenciado por ejemplo de Confesiones de una Máscara que es un vertedero Ético, donde muestra el origen de las ideas que más tarde, lo llevaran a levantarse en armas. Una vez más, si no conocen a este extraordinario autor, a quien también le fue negado el Novel, este es un texto ideal para adentrarse en su mundo.