lunes, 26 de abril de 2010

Un pedazo de rutina

Hace unas semanas un buen amigo, Cesar Diz, presidente de la sociedad de librerías de Aguascalientes, hizo un video sobre la calle Matamoros en Aguascalientes, conocida con la calle del libro usado. Es un lugar muy rico en cosas y anécdotas, sobre todo la Librería Bibliofilia, donde durante ya más de cuatro años nos reunimos cotidianamente amigos de todas clases y tipos. El arcoíris zoocial que decoramos como lamparas gastadas la librería va desde filósofos trasnochados, comunistas devaluados, uno que otro escritor, fotógrafos, historiadores y demás fauna. Poco a poco nos hemos movido de lugar, puesto que el buen Cesar por más tolerante que sea, ya no puede ni caminar entre pilas de libros que sirven desde punto de encuentro para ideas en común y de las otras, hasta asientos improvisados, mesa de ajedrez y sostén de tazas de café. Hasta que llegó Martín y puso el Café Mandrágora justamente enfrente y ya no manchamos ningún libro de ninguna sustancia, vaya a ser que se nos enojen los autores de cuanto libro de superación personal hemos dañado con mucho gusto -es broma Cesar. Entonces el Café Mandrágora sirvió de cubil para el evidente café, el ajedrez ocasional y la grabación de múltiples programas de radio y podcast, donde siempre destaca el batidero con las cucharas en los audios de post-producción. Miguel y Armando al frente de Sexo y Mentiras, y por un tiempo un servidor con Cesar en el programa Letras de-Ambulantes. Y luego el buen Daniel, fanático de los pumas y de la buena prosa, puso justo doblando la esquina, el Centro Cultural Rayuela, donde los sábados existe una especie de cine club y se la pasan discutiendo a Lars Von Tier y a Park Chan Wook y gente de ese tipo. Algo hay distinto en ese lugar lleno de viniles de tango y materas por todos lados, que lo hace bastante agradable. Entonces pensé en compartirles ese video, un poco (la verdad es que mucho) cursi en la música y de grabación austera, pero al final, lo único que queda es ver donde caminamos diariamente algunas pocas personas que nos encanta pasar los días entre letras y pinturas y fotos y charlas llenas de esas cosas que dicen que no todo esta perdido. Ando algo solemne, y es por pura pendejés, la verdad es que esto es un pequeño saludo a toda la gente que he conocido por pasar mis días en esa librería, pero sobre todo a la que falta conocer. Por ahí nos encontramos.

3 comentarios:

Cesar Diz dijo...

Estimado Jonatan:

Gracias por el comentario, diculpa que no he contestado, puesto ando atareado.

Me gusta la idea de un corto semejante.

Cesar Diz

JALOZA dijo...

Qué bonito, qué envidia. Enhorabuena por todo eso, me tenés que contar más. Por un momento me pareció leer a Julio, estar dentro del Club de la Serpiente, vos sabés.

Enlazado he visto un reportaje sobre una libreria de Zaragoza, Vidal.

¿Sales por algún sitio? Si tienes curiosidad, pones Tellerda en youtube y verás a dos gañanes...jojojo

Un enorme abrazo.

Silvia Teresa dijo...

Escribo para hacer de tu conocimiento que tienes merecido un premio "con gusto de Cereza" por esta entrada :)
Saludos, pronto podrás recoger su presea en mi guarida.
Esto es parte de mis festejos por mi blog.