viernes, 10 de diciembre de 2010

David Lynch - Mulholland Drive



Ya saben como son las cosas, un día están haciendo nada y de pronto los asalta un recuerdo y no pueden escapar de él. Y pues, que más queda sino devolverle una sonrisa a esa fría imagen de ustedes mismos 10 años más joven. Pero suele ser bastante divertido, recordar las ideas, los intereses, los estímulos de aquellos días. En esta ocasión (es curioso, porque no puedo recordar lo que me llevo a recordar lo que les voy a contar), el recuerdo me condujo hasta los días en que todavía estudiaba Filosofía en alguna universidad, las conversaciones, los libros, las discusiones frescas: Nietzsche, Schopenhauer, Kierkeggard, Kant. Las clases de estética y finalmente (el recuerdo) David Lynch.

Solíamos pasar nuestros días entre libros, películas y mucha música. Ya saben, en esos días a uno le da por acercarse a los tremendos: Miller, Faulkner, Rimbaud, Baudelaire, Poe, Mishima, Mirbeu, en las letras; en la música, que más sino: Patti Smith, Sonic Youth, Pixies, Jane’s Adiction, y en el cine: Lang, Tarkosvski, Bergman, Fellini, Buñuel, Jodorowski, Tarantino, Lynch y el más grande de todos: Kubrick.

Recuerdo una tarde que ofrecieron en la sala de proyecciones de la universidad Eraserhead y todos fuimos, maravillados, asombrados por esa épica visual y conceptual. En aquella ocasión un profesor nos contó una anécdota a propósito de Eraserhead y fue que, en un previo al estreno de la cinta, se proyectó en privado solo para gente del estudio, proyección que todos lamentaron y abominaron, todos excepto uno, que aseguró que ese joven director tendría un futuro brillante: ese uno fue Stanley Kubrick. En fin, que me dieron muchísimas ganas de ver otra ves sus películas esta semana y lo hice, una a una repase sus cortometrajes, incluido el que hizo para la fundación Lumiere, Eraserhead, El Hombre elefante, Blue Velvet, Twin Peaks, Una historia sencilla, Lost highway, Mulholland Drive y Enland Empire, ya imaginarán como terminé, porque además me la pase escuchando a los Beatles, por aquello de Lennon. Esta semana a sido un poco ácida, en el sentido chido, y total, que pensé en hablarles de Mulholland Drive.

En esta cinta, David Lynch, nos lleva a recorrer los truculentos caminos del laberinto simbolista que es su mente. Todo reflejado en el lado oscuro del mundo californiano. Betti, quién recientemente llegó a Los Ángeles, con la firme intención de convertirse en una estrella de cine, se descubre envuelta en una serie de eventos que terminaran por desquebrajar su mente. Un misterio sin resolver al más puro estilo de Borges. Uno presenciará un desfile de personajes surreales que revelarán y confundirán: Rita, Adam, El Vaquero. Toda la trama se echa a andar cuando Betti conoce a Ritta, quien no recuerda su identidad y ambas, se sumergirán en busca de respuestas y encontrarán que todos los caminos conducen al Silencio: There is no band, and yet, you heard the band; recuerden que todo lo que ven, no necesariamente esta ahí.

Y si el Silencio tiene respuestas en la película, que decir de la música. Angelo Badalamenti, nos vuelve a sorprender con un soundtrack memorable, inquieto, que trastorna y trastoca fibras sensibles. Lúgubre, como la estética misma de toda la película. La fotografía corre a cargo de Peter Deming, todo filtrado por el oscuro mundo de la mirada de Lynch. Una obra maestra del cineasta más propositivo (junto con Lars Von Tier y Park Chan Wook) de los últimos tiempos.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta tu blog, sobre todo el contenido; sin embargo, me gustaría hacerte una petición: podrías cambiar el fondo de color, es que es muy molesto leer con fondo negro y tipografía blanca (cansa mucho la vista).

Gracias por tu atención.

Atte: un aguascalentense

Jonatan Frías dijo...

Gracias, por tu comentario, voy a hacer unas pruebas con los fondos y si encuentro uno que facilite la lectura y que coincida con el perfíl, prometo hacer los cambios pertinentes.

Unknown dijo...

Mulholland Drive es alucinante. Tiene una trama excelente, llena de buenas actuaciones como lo es la de Justin Theroux , quien ahora está trabajando en la serie de The Leftlovers, una historia igual de misteriosa que esta película, muy diferente a otras series que apenas salieron, un concepto genial.