sábado, 15 de agosto de 2015

Del poemario que nunca escribiré

Eres encuentro inesperado.
Eres la noche y sus murmullos,
sus voces dis uelt as:
                                   intermitentes reverberaciones.

Fluir de luz.
                        Derramarse luz.

La luna mana en ti toda la noche profecías.

            De tus senos brota un olor de yerba fresca,
en tus manos germinan mundos,
eres un árbol lleno de pájaros.

Entre tus piernas habita
un pozo de aguas convulsas,
oscuridad en oleaje.

En el jardín de la noche
se enarbolan sinfonías,
Una oscura nota de piano
se suspende en el vacío.

Eres Luna niña.
Eres trasparencia derramada.
Eres bosque y canto.
Eres sueño y voluntad primera
que reúne en sus labios
un puñado de constelaciones.


Eres Luna niña.