domingo, 26 de diciembre de 2010

Ya llegó la navidad... puta madre, que hueva

Llegó nuevamente el día en que, prácticamente, todo el mundo occidentalizado, celebra el nacimiento del hijo de Dios. Este año me viene la fecha con nuevas complicaciones. Mi hijo, a quien he decidido educar fuera de las normatividades religiosas, empieza a preguntar cosas que escucha en su escuela, frases aprendidas que no dicen nada. Su madre y un servidor, pues le respondemos con la naturalidad con la que siempre respondemos cualquiera de sus preguntas: Que es un día en que fuera de cualquier cosa, sirve de pretexto para reunir a la familia, muchas veces distantes, pero que primordialmente, es un día en que puede disfrutar de sus papás como cualquier otro. Que los regalos que recibe, se los damos nosotros, sus padres, sus abuelos, sus tíos y no esperamos a que amanezca con la luz del 25 de diciembre, para que encuentre regalos sorpresivos debajo de un árbol, previamente adornado.

En la casa de un servidor, esas cosas no existen, digo los árboles, las luces, el nacimiento o los adornos de Coca Cola, perdón, de Santa Claus, disculpen ustedes, cosas del departamento de marketing. Aunque los conflictos no son esos, como ya lo dije, al final mi hijo sabe perfectamente de quién son los presentes que recibe y que no hay ningún motivo detrás ni delante de ellos, que todo el amor que le tenemos. Para él, estas fechas no son fiestas, puesto que en cada oportunidad que hay, recibe obsequios, validados en que a su madre y a mí se nos da la gana, y nada más. Las dificultades se presentan cuando, ya una vez en la fiesta, llegan los primos y preguntan “¿qué le pediste al niño Dios?” y mi hijo con su desfachatez natural responde: ¿A quién?, -pues al niño Dios, él es quién nos trae los regalos –apuntan los primos incrédulos. Mi hijo, se limita a decir que los regalos se los dan sus papas y nada más. Luego se acercan a mí, los parientes y me ven con cara de loco y de sacrílego fariseo.
En esta ocasión me limité a preguntarles -¿Cómo le hacen, ustedes los católicos, para decirle a un niño que un día el niño Dios, el mismo hijo del Jefe de Jefes, le trajo regalos a él, porque lo considera un niño especial, y le cuentan la historia de un carpintero superpoderoso que murió de una manera atroz; y hay quién se atreve a sentarse a ver ese día la película de Jesus Chainsaw Masacre, perdón, La Pasión de Cristo no más para que el escuincle no sea malagradecido, así dicen: malagradecido (puta madre)... Total, ya me desvié, la duda es, ¿Cómo le hacen para explicarle a ese niño, ya una vez que compró la idea del carpintero, qué siempre no existe? Y no sólo eso, sino que lo mantuvieron engañado no se cuantos años con la cantaleta de que lo observaba detenidamente y que si no se portaba bien, se lo cargaba el payaso y se condenaría al lago de azufre, al crujir de dientes, a la eterna obscuridad. Y luego se preguntan porque los hijos no confían en los padres, si desde que nacieron no los bajan de estúpidos que todo lo creen, les llenan la cabeza de culpas y paranoias y después esperan, por la obra y gracia de su invención –es decir, Dios- que surjan personas equilibradas. NO MAMEN. En serio, no mamen. Claro que la cara que me pusieron mis parientes, jajaja, ya se imaginan, se cagaban los pobres: ¿que pueden decir?
Aclaro, yo no me meto con las creencias de nadie, ni afirmo o niego la existencia de un Dios, bueno la neta si la niego, pero en mi vida, tan sólo porque carece de sentido y no me resulta funcional; hay a quién sí le resulta, pues felicidades y no es ironía, es en serio. No me refiero a la creencia de nadie, me refiero a ese Dios que da regalos, ese es un invento de los padres, una tradición que empezó, a manera de representación, donde los hijos, eran vistos como el hijo de Dios y los padres como los Reyes que ofrendaron bendiciones al recién llegado. Pinches Megalomanos, ver a su hijo como el hijo Dios, ni el papá de Mozart creía esas mamadas, pero bueno. Total, que todo este desmadre, se arraigó tanto, que todo el mundo compró la mentira y ahora es parte del inconsciente colectivo, madres inconsciente colectivo, sí, que pedo, ya sueno como el pinche Jung; y ultimadamente ya me harté, espero hayan cenado muy rico, se la hayan pasado poca madre con su familia, que gocen de salud y todo lo demás, es cosa suya… llévensela leve, que todavía queda la peda del fin de año.

sábado, 18 de diciembre de 2010

En pocas palabras...

Después de todo, el conservar la esperanza,

no es más que un síntoma,

de que aún se puede caer más bajo.



Jonatan Frías.

viernes, 10 de diciembre de 2010

David Lynch - Mulholland Drive



Ya saben como son las cosas, un día están haciendo nada y de pronto los asalta un recuerdo y no pueden escapar de él. Y pues, que más queda sino devolverle una sonrisa a esa fría imagen de ustedes mismos 10 años más joven. Pero suele ser bastante divertido, recordar las ideas, los intereses, los estímulos de aquellos días. En esta ocasión (es curioso, porque no puedo recordar lo que me llevo a recordar lo que les voy a contar), el recuerdo me condujo hasta los días en que todavía estudiaba Filosofía en alguna universidad, las conversaciones, los libros, las discusiones frescas: Nietzsche, Schopenhauer, Kierkeggard, Kant. Las clases de estética y finalmente (el recuerdo) David Lynch.

Solíamos pasar nuestros días entre libros, películas y mucha música. Ya saben, en esos días a uno le da por acercarse a los tremendos: Miller, Faulkner, Rimbaud, Baudelaire, Poe, Mishima, Mirbeu, en las letras; en la música, que más sino: Patti Smith, Sonic Youth, Pixies, Jane’s Adiction, y en el cine: Lang, Tarkosvski, Bergman, Fellini, Buñuel, Jodorowski, Tarantino, Lynch y el más grande de todos: Kubrick.

Recuerdo una tarde que ofrecieron en la sala de proyecciones de la universidad Eraserhead y todos fuimos, maravillados, asombrados por esa épica visual y conceptual. En aquella ocasión un profesor nos contó una anécdota a propósito de Eraserhead y fue que, en un previo al estreno de la cinta, se proyectó en privado solo para gente del estudio, proyección que todos lamentaron y abominaron, todos excepto uno, que aseguró que ese joven director tendría un futuro brillante: ese uno fue Stanley Kubrick. En fin, que me dieron muchísimas ganas de ver otra ves sus películas esta semana y lo hice, una a una repase sus cortometrajes, incluido el que hizo para la fundación Lumiere, Eraserhead, El Hombre elefante, Blue Velvet, Twin Peaks, Una historia sencilla, Lost highway, Mulholland Drive y Enland Empire, ya imaginarán como terminé, porque además me la pase escuchando a los Beatles, por aquello de Lennon. Esta semana a sido un poco ácida, en el sentido chido, y total, que pensé en hablarles de Mulholland Drive.

En esta cinta, David Lynch, nos lleva a recorrer los truculentos caminos del laberinto simbolista que es su mente. Todo reflejado en el lado oscuro del mundo californiano. Betti, quién recientemente llegó a Los Ángeles, con la firme intención de convertirse en una estrella de cine, se descubre envuelta en una serie de eventos que terminaran por desquebrajar su mente. Un misterio sin resolver al más puro estilo de Borges. Uno presenciará un desfile de personajes surreales que revelarán y confundirán: Rita, Adam, El Vaquero. Toda la trama se echa a andar cuando Betti conoce a Ritta, quien no recuerda su identidad y ambas, se sumergirán en busca de respuestas y encontrarán que todos los caminos conducen al Silencio: There is no band, and yet, you heard the band; recuerden que todo lo que ven, no necesariamente esta ahí.

Y si el Silencio tiene respuestas en la película, que decir de la música. Angelo Badalamenti, nos vuelve a sorprender con un soundtrack memorable, inquieto, que trastorna y trastoca fibras sensibles. Lúgubre, como la estética misma de toda la película. La fotografía corre a cargo de Peter Deming, todo filtrado por el oscuro mundo de la mirada de Lynch. Una obra maestra del cineasta más propositivo (junto con Lars Von Tier y Park Chan Wook) de los últimos tiempos.


domingo, 5 de diciembre de 2010

El argentino que se hizo querer de todos


Ahh!! un año más. El pasado 20 de noviembre su servidor cumplió treinta años, es decir, oficialmente soy un adulto (cronológicamente hablando, claro). Me la pasé enfermo, con una gripe horrible y un amigo, que no temió al contagió, se acercó a mi casa a invitarme una cerveza, que dadas la circunstancias, tuvo que ser caliente. Si ya se, es horrible, pero es mejor que nada. Al final, pues en cama y solo. Pero Yo no vengo a decir un discurso sobre mi enfermedad, sino a platicarles de un libro que me obsequiaron con motivo de mi sentenciante día. Yo no vengo a decir un discurso (Mondadori, 2010) es el nuevo libro de Gabriel García Márquez, donde el autor colombiano reúne sus más destacadas intervenciones en los más diversos espacios. Desde los modestos coloquios en Bogotá, cuando recién comenzaba su inigualable trayectoria como constructor de imaginarios, hasta los suntuosos, como el discurso que ofreció ante la Academia de las Artes al recibir el premio Nobel. No creo que les apetezca leer lo que yo tenga que opinar sobre el texto, de tal suerte que les comparto uno de los discursos incluidos:



El argentino que se hizo querer de todos

Ciudad de México, 12 de febrero de 1994



Fui a Praga por última vez en el histórico año de 1986, con Carlos Fuentes y Julio Cortázar. Viajábamos en tren desde París porque los tres éramos solidarios en nuestro miedo al avión, y habíamos hablado de todo mientras atravesábamos la noche dividida de las Alemanias, sus océanos de remolacha, sus inmensas fábricas de todo, sus estragos de guerra atroces y amores desaforados.


A la hora de dormir, a Carlos Fuentes se le ocurrió preguntarle a Cortázar cómo y en qué momento y por iniciativa de quién se había introducido el piano en la orquesta de jazz. La pregunta era casual y no pretendía conocer nada más que una fecha y un nombre, pero la respuesta fue una cátedra deslumbrante que se prolongó hasta el amanecer, entre enormes vasos de cerveza y salchichas con papas heladas. Cortázar, que sabía medir muy bien sus palabras, nos hizo una recomposición histórica y estética con una versación y una sencillez apenas creíbles, que culminó con las primeras luces en una apología homérica de Thelonious Monk. No sólo hablaba con una profunda voz de órgano de erres arrastradas, sino también con sus manos de huesos grandes como no recuerdo otras más expresivas. Ni Carlos Fuentes ni yo olvidaríamos jamás el asombro de aquella noche irrepetible.


Doce años después vi a Julio Cortázar enfrentando a una muchedumbre en un parque de Managua, sin más armas que su voz hermosa y un cuento suyo de los más difíciles: la historia de un boxeador en desgracia contada por él mismo en lunfardo, el dialecto de los bajos fondos de Buenos Aires, cuya comprensión nos estaría vedada por completo al resto de los mortales si no la hubiéramos vislumbrado a través de tanto malevo; sin embargo, fue ése el cuento que el propio Cortázar escogía para leerlo en una tarima frente a la muchedumbre de un vasto jardín iluminado, entre la cual había de todo, desde poetas consagrados y albañiles cesantes, hasta comandantes de la revolución y sus contrarios. Fue otra experiencia deslumbrante. Aunque en rigor no era fácil seguir el sentido del relato, aun para los más entrenados en la jerga lunfarda, uno sentía y le dolían los golpes que recibía el pobre boxeador en la soledad del cuadrilátero, y daban ganas de llorar por sus ilusiones y su miseria, pues Cortázar había logrado una comunicación tan entrañable con su auditorio que ya no le importaba a nadie lo que querían decir o no decir las palabras, sino que la muchedumbre sentada en la hierba parecía levitar en estado de gracia por el hechizo de una voz que no parecía de este mundo.


Estos dos recuerdos de Cortázar que tanto me afectaron me parecen también los que mejor lo definían. Eran los dos extremos de su personalidad. En privado, como en el tren de Praga, lograba seducir por su elocuencia, por su erudición viva, por su memoria milimétrica, por su humor peligroso, por todo lo que hizo de él un intelectual de los grandes en el buen sentido de otros tiempos. En público, a pesar de su reticencia a convertirse en un espectáculo, fascinaba al auditorio con una presencia ineludible que tenía algo de sobrenatural, al mismo tiempo tierna y extraña. En ambos casos fue el ser humano más impresionante que he tenido la suerte de conocer.


Años después, cuando ya éramos amigos, creí volver a verlo como lo vi aquel día, pues me parece que se recreó a sí mismo en uno de sus cuentos mejor acabados, "El otro cielo", en el personaje de un latinoamericano en París que asistía de puro curioso a las ejecuciones en la guillotina. Como si lo hubiera hecho frente a un espejo, Cortázar lo describió así: Tenía una expresión distante y a la vez curiosamente fija, la cara de alguien que se ha inmovilizado en un momento de su sueño y rehúsa dar el paso que lo devolverá a la vigilia. Su personaje andaba envuelto en una hopalanda negra y larga, como el abrigo del propio Cortázar cuando lo vi por primera vez, pero el narrador del cuento no se atrevía a acercársele para preguntarle su origen, por temor a la fría cólera con que él mismo hubiera recibido una interpelación semejante. Lo raro es que yo tampoco me había atrevido a acercarme a Cortázar aquella tarde del Old navy, y por el mismo temor. Lo vi escribir durante más de una hora, sin una pausa para pensar, sin tomar nada más que medio vaso de agua mineral, hasta que empezó a oscurecer en la calle y guardó la pluma en el bolsillo y salió con el cuaderno debajo del brazo como el escolar más alto y flaco del mundo. En las muchas veces que nos vimos años después, lo único que había cambiado en él era la barba densa y oscura, pues hasta dos semanas antes de su muerte parecía cierta la leyenda de que era inmortal, porque nunca había dejado de crecer y se mantuvo siempre en la misma edad con que había nacido. Nunca me atreví a preguntarle si era verdad, como tampoco le conté que el otoño triste de 1956 lo había visto, sin atreverme a decirle nada, en su rincón del Old Navy, y sé que dondequiera que esté ahora estará mentándome la madre por mi timidez. Los ídolos infunden respeto, admiración, cariño y, por supuesto, grandes envidias. Cortázar inspiraba todos esos sentimientos como muy pocos escritores, pero inspiraba además otro menos frecuente: la devoción. Fue, tal vez sin proponérselo, el argentino que se hizo querer de todo el mundo. sin embargo, me atrevo a pensar que si los muertos se mueren, Cortázar debe estar muriéndose otra vez de vergüenza por la consternación mundial que causó su muerte. Nadie le temía más que él, ni en la vida real ni en los libros, a los honores póstumos y a los fastos funerarios. Más aún: siempre pensé que la muerte misma le parecía indecente. En alguna parte de la vuelta al día en ochenta mundos un grupo de amigos no puede soportar la risa ante la evidencia de que un amigo común ha incurrido en la ridiculez de morirse. Por eso, porque lo conocí y lo quise tanto, me resistí a participar en lamentos y elegías por Julio Cortázar.


Preferí seguir pensando en él como sin duda él lo quería, con el júbilo inmenso de que haya existido, con la alegría entrañable de haberlo conocido, y a gratitud de que nos haya dejado para el mundo una obra tal vez inconclusa pero tan bella e indestructible como su recuerdo.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Descanse en paz la lengua española

Pues nada, recién recuperándome de dos noticias que se acaban de dar a conocer en el marco de la FIL (Feria Internacional del Libro) en la ciudad vecina de Guadalajara; la primera, que descubrieron que el vestigio más antiguo que hay de la lengua española no son aquellas encontradas en la Rioja sino una especie de listado de quesos, dos años anterior, que procede de León, de tal suerte que todos aquellos culteranos que se molestan cuando alguien dice que no hablamos español, si no castellano, pues ahora se joden, porque hablamos ¿Leones? yo seguiré diciendo español y me vale. La segunda es más triste, desde hace un tiempo, pretendían reunirse los directores de las 22 casas Académicas de la lengua en Valparaíso para discutir nuevas correcciones sobre la ortografía, pero dado a que un día antes de que se celebrara dicha reunión tembló en esa ciudad pues se canceló; pospuso, es lo correcto, para estas fechas de noviembre y mañana es el día que a puerta cerrada votarán lo que ya sabemos y que posterior a la reunión se hará público mediante una rueda de prensa y es que: se eliminarán letras del alfabeto, los acentos o tildes de varias palabras, entre otras, como la corrección en como llamaremos algunas letras: Descanse en paz la lengua española.
¿Por qué mi tono, mi luto? pues sencillo, la gente que lee de manera cotidiana este blog, sabe que gozo de una ortografía que raya en el delito, me como los acentos, pongo otros donde no van, cambio letras por otras, vamos, hago una mercería de mi escritura, sin contar los clásicos errores de dedos. ¿Luego por qué mi malestar? Simple, el hecho de que escriba con las patas, con las nalgas o con cualquier parte del cuerpo que ustedes manden y gusten, no implica, bajo ninguna circunstancia, que no sea consciente de mi falta, de mi carencia. Afortunadamente cuento con gente a mi lado, que siempre me jala las orejas para que corrija lo que escribo, algunas veces, cuando el ocio me lo permite, los corrijo, las otras... pues no. De antemano me disculpo por las faltas que hay en este texto, (Mónica, Silvia, Ignacio, Keith) pero no lo pienso corregir. Y no lo haré, para que sea mi forma de protestar contra las "correcciones" que estos 22 viejitos van a hacer públicas el día de mañana. ¿En verdad señores, creen que escribir así es correcto? El discurso oficial es que la lengua se modifica, moderniza, de manera voraz. Las nuevas tecnologías, no hace falta enumerarlas, corren a pasos agigantados. Yo, personalmente, considero que es una derrota. Como todos en la red escribimos con las patas, los que escribimos mal, que para colmo somos los menos, puesto que ya casi nadie siquiera escribe español; ahora es de todos los días encontrar una serie de siglas ininteligibles que pretenden comunicar: tqm,bff, lol, tpmadre y todas esas.
Yo seguiré escribiendo mal y reconociendo mi falta, tratando de mejorar siempre mi forma de escribir, sin ufanarme, bajo ninguna circunstancia de que porque a estos pendejos se les ocurrió, ahora resulta que yo estoy bien y ustedes mal. No se malentienda, soy un defensor de la lengua española, en la que considero se han escrito muchas de las más grandes obras de la humanidad, pero no estoy cerrado a ultranza al enriquecimiento de la misma. Pero no me vengan con mamadas, como toda la pinche bola de pochos que pasaron dos meses en los Estados Unidos y ahora dicen "troka" en lugar de camioneta o "Truck", su palabra inglesa. Que nos quede claro, una lengua se enriquece mediante la adopción de palabras que no existen en la lengua propia y se sustraen, con todo su contexto teórico, de otra lengua, y no mal hablando dos lenguas, esas son pendejadas. Luego les pregunto a ustedes ¿Cual es la utilidad de un órgano que pretende regir una lengua, si dicho órgano va a ceder nada más porque un numero "n" de personas dicen una palabra de una forma y no de otra? Porque si es así, está cabrón, todo el mundo vamos a terminar hablando como en el Distrito Federal o Ciudad de México como se conoce fuera del país. La población de Argentina es apenas mayor a los 30 millones de habitantes y España no es mucho mayor, el DF solo tiene 19 millones, más el Estado de México y zona metropolitana, suman más de 24 millones. México tiene 107 millones de habitantes, más 35 millones en los Estados Unidos, les parece que todos empecemos a decirle a estos viejitos: Chale pinches ñeros, ya chole con su chachara, si ya sabanas que la bandera no se aliviana, paque se jalan las barbas.
Ahi se ven, llevensela leve.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Café Tacvba - Seguir Siendo


Hace más de 20 años se formó, en Naucalpan, Estado de México el cuarteto más grande y más influyente de la historia del rock nacional y latinoamericano, y uno de los más propositivos de la escena internacional. Cuando estos tipos, de imagen disparada, tocando instrumentos acústicos aparecieron por primera vez, hubo un gran revuelo. Bandas como Caifanes eran las más abrazadas en México. Soda Estéreo y Héroes del Silencio saturaban las pocas estaciones de rock en español del país.


Con una mezcla de música folclórica y rock, plagado de letras con una notoria influencia mestiza, empezaron a trazar su largo camino. Café Tacvba, disco homónimo lanzado en 1992 marcó toda una tendencia sonora que hasta le fecha sigue siendo el sello con el que se les identifica, no obstante hoy estén muy lejos de ese sonido. Rarotonga, Las Batallas (inspirada en la célebre novela del escritor José Emilio Pacheco: Las Batallas en el desierto), Las Persianas, La Chica Banda, Labios Jaguar y la exitosísima María, empezaron a competir con las bandas establecidas (Caifanes, Fobia, Maldita Vecindad, etc.) en la venta de discos.


Re, su segunda producción (1994) lanzó a esta banda a la fama internacional, fama que ha seguido creciendo desde entonces. Ahora dispuestos a retratar todo lo que los influenciaba del México moderno, hicieron un disco que suena a México, así sin más, desde Tijuana hasta Mérida están retratados en este disco, Hard Core, Danzón, Rock Alternativo, Tríos, Banda, Música Norteña, todos los estilos en perfecta armonía. Letras sobre la alienación, el abandono social, amor y desamor carente de clichés narrativos, nacionalismos bien pensados, humanismo puro. Canciones que hoy son clásicos de todos y en todos lados, increíble ver a japoneses coreando El Baile y el Salón por su gira en ese país. Ingrata, El Borrego, Trópico de Cáncer, Ixtepec, Las Flores, Esa Noche, La Pinta (mi favorita), La negrita y tantas más. Un disco infaltable en la discoteca de cualquier amante de la música.


Avalancha de Éxitos fue su tercer material (1996). Dejando atrás el sonido mexicano, se expandieron en busca de un sonido de unificación generacional latinoamericana, desde Leo Dan y Juan Luis Guerra, hasta Jaime López, Botellita de Jeréz y Nacho Cano. Boleros, Bachata y Rock Urbano, todos en perfecta sincronía, todos repensados para nuevas generaciones, todos éxitos (de ahora en adelante) propios. Chilanga Banda, Metamorfosis, Perfidia, Ojalá que llueva café, Cómo te extraño, No Controles y Alármala de Tos, fueron los temas que mostraron que ésta banda, ya no era mexicana, sino que le pertenecía a todos.


Revés/Yo soy (1999) fue su cuarta producción (mi favorita). Un disco que mostraba que la banda estaba dispuesta a todo, menos a estancarse. Un álbum experimental que anticipa y quizá supera, consciente estoy de lo arriesgado de esto, a los discos Kid A y Amnesiac de Radiohead. Disco doble, el primero (Revés) en su totalidad de temas instrumentales, que van desde el electronico más notable, lleno de tintes de jazz y música mid tempo, hasta un dueto con Kronos Quartet. El segundo (Yo soy), de temas universales y una sensibilidad musical y vocal como nunca se habían visto en nuestra música. Sin duda alguna el disco que valió el reconocimiento de la crítica a nivel mundial. Los Beatles latinoamericanos se decía en Inglaterra. Una banda universal, para un público universal.


A esto le siguieron un disco de éxitos (Tiempo Transcurrido (2001)) y un Ep (tributo a la banda chilena Los Tres, llamado Vale Callampa (2002)). Una gira por todo el mundo y la preparación de su quinto material de estudio: Cuatro Caminos.


Haciendo una pausa en su camino, este disco (Cuatro Caminos (2003)) se volvió, lo que hasta ahora se conoce como su álbum más íntimo. Letras sumamente personales y de visión profunda, ahora era una banda dispuesta a reflexionar sobre problemas humanos. Mediodía, Recuerdo Prestado, Encantamiento Inútil, Qué Pasará, Puntos Cardinales, la sonadísima Eres (primer éxito comercial de la banda), Eo y Cero y Uno son sólo algunos de los temas que se incluyen en esta producción. De un sonido más cercano al Hard Rock y al Rock Alternativo, este disco los llevó al Grammy, a tocar a dueto con Incubus (banda que se ha declarado fanática de los satelucos), festivales, etc.


Dos discos en vivo fue la consecuencia de esto, un unplugged que si bien se había grabado muchos años antes, no fue sino hasta el 2005 que se lanzó de forma oficial y el disco/dvd Un Viaje (2005), concierto dado en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México con motivo de sus 15 años. Esto es impresionante, todo este recuento parecería la trayectoria de alguien más viejo, pero apenas llevamos 15 años.


El 2007 fue el año de la sexta producción de estudio de los Tacvbos. Su disco Sino fue otra vez motivo de halagos y reconocimientos mundiales. Esta Vez, Volver a Comenzar, Quiero Ver y tantas más, himnos de la banda desde el momento en que se lanzaron. Sino es un disco que coquetea tanto con el progresivo, como con el punk y el pop, que locura, cualquiera diría que ese revoltijo es producto de la maldita necesidad de las disqueras por generar más y más ingresos, creando bandas que son mezcla de todo y que suenan a nada, pero no; en este caso, es el resultado de 4 de las mentes más creativas de los últimos 20 años de la historia de la música moderna.


Un repaso a todo esto se encuentra en la película Seguir Siendo que se estrenó hace unos días en todo el país. Desconozco si la película se exhibirá en todo el mundo, pero supongo que si lo hará. Escenas de sus primeras actuaciones, memorabilia, entrevistas de carácter muy personal, confesiones desgarradoras. Escenas de sus diversas giras, todo sobre la producción del álbum Sino, particularmente de la canción Esta Vez, desde que el tema ni siquiera estaba incluido en la selección de temas, hasta que ganó el grammy como mejor canción rock. La información que se presenta es muy valiosa, reconozco que está mal presentada porque carece de forma, la edición también deja que desear, pero al final no importa, porque lo que realmente vale la pena, es el reconocimiento absoluto de que en la actualidad y en la historia de la música, Café Tacvba está sentado al lado de bandas como Pink Floyd, The Beatles, Led Zepellin, Radiohead, y un corto etc.


lunes, 15 de noviembre de 2010

Nocturno Eterno - Xavier Villaurrutia


Cuando los hombres alzan los hombros y pasan
o cuando dejan caer sus nombres
hasta que la sombra se asombra

cuando un polvo más fino aún que el humo
se adhiere a los cristales de la voz
y a la piel de los rostros y las cosas

cuando los ojos cierran sus ventanas
al rayo del sol pródigo y prefieren
la ceguera al perdón y el silencio al sollozo

cuando la vida o lo que así llamamos inútilmente
y que no llega sino con un nombre innombrable
se desnuda para saltar al lecho
y ahogarse en el alcohol o quemarse en la nieve

cuando la vi cuando la vid cuando la vida
quiere entregarse cobardemente y a oscuras
sin decirnos siquiera el precio de su nombre

cuando en la soledad de un cielo muerto
brillan unas estrellas olvidadas
y es tan grande el silencio del silencio
que de pronto quisiéramos que hablara

o cuando de una boca que no existe
sale un grito inaudito
que nos echa a la cara su luz viva
y se apaga y nos deja una ciega sordera

o cuando todo ha muerto
tan dura y lentamente que da miedo
alzar la voz y preguntar “quién vive”

dudo si responder
a la muda pregunta con un grito
por temor de saber que ya no existo

porque acaso la voz tampoco vive
sino como un recuerdo en la garganta
y no es la noche sino la ceguera
lo que llena de sombra nuestros ojos

y porque acaso el grito es la presencia
de una palabra antigua
opaca y muda que de pronto grita

porque vida, silencio, piel y boca
y soledad, recuerdo, cielo y humo
nada son sino sombras de palabras
que nos salen al paso de la noche.


Nocturno Eterno.

Xavier Villaurrutia.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Manuel M. Ponce: El nacionalismo romántico

Es necesaria una crítica que sea comprometida no sólo con el futuro, sino también con el pasado; ¿o es que, al olvidar, no nos volvemos cómplices de los crímenes y de todas las atrocidades de nuestros ancestros? El renunciamiento, el desdé, la indiferencia: todos males engendrados y heredados; cadenas inseparables de la historia, en suma: la desaparición de todo Bien que poseemos.

Los rescates históricos, la visión crítica que lleva a la recreación, a la desmitificación mediante la humanización misma de los personajes que involuntariamente llenan las páginas de la historia, es una tarea que cada vez, se ve más y más sometida, a la apatía de las masas. Los contratos sociales han perdido todo sustrato teórico y descansan sobre la Doxa alienada de la historia oficial. Las estatuas de todos los héroes (inventados o no) sirven como cagaderos de palomas, ornamentos inservibles, el daguerrotipo de la abuela, imágenes que nada nos dicen sobre nosotros mismos. Hasta que alguien, decide salir de la oscuridad de su caverna personal y se pregunta: ¿por qué las cosas funcionan de un modo y no de otro? ¿Somos en verdad sujetos culturales? ¿Accidentes de la termodinámica? O simplemente: ¿Somos porque estamos? ¿Qué tiene que ver el pasado de mi patria conmigo? ¿Qué voces del pasado resuenan en mí, con la misma intensidad, que el propio latir de mi corazón? ¿Qué compromiso tácito, implícito, contraje con mi historia? ¿Con la Historia?

Víctor Manuel Carlos Gómez, historiador hidrocálido (por adopción y convicción, que es más valioso) recientemente publicó un ensayo sobre la vida y obra de una de las figuras más celebres de la corta e industrializada vida de Aguascalientes: Manuel M. Ponce. Así como Víctor quién realmente nació en Tijuana, ciudad fronteriza y de peligros dramáticos, Manuel M. Ponce, tampoco es natural de esta ciudad, él nació en la vecina ciudad de Fresnillo, Zacatecas; y a la corta edad de 4 años, su familia cambió su residencia a este lugar céntrico dentro de la geografía nacional. Tal vez de ahí nazca una fascinación inconsciente por la figura del compositor, y la consecuente necesidad de abordarlo de manera natural, como un igual y no como a una figura histórica de esas que cagaban ángeles y eran inmaculadas. Contextualizarlo sin otro fin, que el de entenderlo. Plasmar el rostro propio en el ajeno y generar un dialogo interno que resuelva todas las dudas que ya no son propias, sino de todo un pueblo. Encontrar en la visión histórica el respaldo a todo cuanto sucede, no como búsqueda de respuesta (que engreído sería eso), más que como consuelo, agua para el incendio de incertidumbre que calcina y destruye por dentro.

Manuel M. Ponce: El nacionalismo romántico, es el título de este ensayo que no rebasa las 80 páginas, porque no lo necesita, porque no es la intención emperifollarse de palabras. La brevedad, que gran trofeo. Pocos textos hay tan honestos como este, que parten de una premisa, simple tal vez, pero concreta; y que no se engancha con la avaricia de develar respuestas, de presentarse igual que un gladiador presenta la cabeza del León recién aniquilado, como trofeo, símbolo inapelable de su superioridad fálica. No, en este caso, jamás pierde de vista (Víctor quiero decir) su principal objetivo: entender a esta figura clave en el desarrollo cultural (particularmente musical) de este país, justo en su momento de ruptura, de cambió atroz. En los años nacionales de conflicto cíclico, de tesones de tierra ennegrecidos por la sangre derramada. De los cantos de desgarre, de flagelo. Las dictaduras inmemoriales, los personajes enmudecidos, los vaivenes irremediables: todo el peso de la historia sostenido en una nota interminable y trágica, como trágico es el sino de una nación hambrienta de todo. Las composiciones de este mexicano, nacionalista, ciudadano del mundo, que sonaron con estruendos de valquiria en las buenas conciencias de los mejores auditorios del mundo, siguen clamando por su verdadero lugar en el suceder cotidiano de una nación, que 100 años después, sigue caminando sobre lodazales de sangre, sobre conflictos de intereses de unos cuantos, sobre la hambruna.

Entender para entenderse, identificarse como parte del otro y de paso, descobijar un poco los píes fríos de las estatuas, que yacen frente a una fuente inamovible, en un marco verde y olvidado de alguna plaza de cualquier lugar del mundo, y pensar, porque no, si el ego nos lo permite, que alguno más, continuara la tarea, de darle rostro, nombre y dimensión a las estatuas, que están cansadas de que se caguen en ellas todos los días.
Éste libro se puede conseguir en la librería del Instituto Cultural de Aguascalientes, perdonen que no ponga ni la foto del libro, pero los del ICA, que son los que lo editan, ni siquiera lo tienen en su página; nadie sabe que existe. Con éste, son dos los libros de amigos míos que se han editado bajo este sello, y los dos corren el riesgo de pasar inadvertidos. El primero, de mi amigo Juan Ignacio Macías Quintero: Problematicas de la arqueología en el sur-occidente de Aguascalientes o algo así, y el presente. Búsquenlo y adquiéranlo, no supera los 30 pesos, y por otro lado, si alguno de ustedes que siguen el blog, les interesa y son de cualquier parte del mundo que no sea este Estado, me comprometo a que Víctor me proporcione un PDF y se los hago llegar. Llevensela leve...

lunes, 1 de noviembre de 2010

Peliculas de terror

Vamos a ver, he estado un tanto ocupado y después de la muerte del poeta mexicano Alí Chumacero, me volvió a pegar la depre, como bien dijo mi amiga Silvia: La muerte anda en el librero. En fin, el caso es que están las celebraciones de la muerte en México, y se de antemano que hay gente que sigue estas palabras que escribo de varias partes de hispanoamérica y que no todos están familiarizados con nuestra forma tan particular de celebrar dichas fiestas. Pero este no es un texto donde vaya hablar de eso, algún día les compartiré una conferencia que dí al respecto en la vecina ciudad de Zacatecas, pero hoy, simplemente les compartiré mi lista de las películas de terror, horror, gore, suspenso, thriller y cuanto más, he disfrutado, si no han visto alguna, pues a sentarse frente a la tele y a soltar adrenalina un rato (se aceptan sugerencias):
El gabinete del Dr. Caligari (Alemania 1920)
Nosferathu (Alemania 1922)
Frankenstain (USA 1931)
Dr jeckyl and Mr. Hyde (USA 1931)
Mummy (USA 1932)
Freaks (USA 1932)
Village of the damned (UK 1960)
Psicosis (USA 1960)
Los Pájaros (USA 1963)
Blow up (Italia 1966)
La noche de los muertos vivientes (USA 1968)
Rosemary's Baby (USA 1968)
Hasta el viento tiene miedo (México 1968)
A media noche tomare tu alma (Brasil 1969)
El libro de piedra (México 1969)
El Exorcista (USA 1973)
Texas's chainsaw massacre (USA 1974)
No profanar el sueño de los muertos (Italia 1974)
The Omen (USA 1976)
Carrie (USA 1976)
Suspiria (Italia 1977)
Bodysnatchers (USA 1978)
Haloween (USA 1978)
Alien (USA 1979)
Fryday's 13 (USA 1980)
The Shining (USA 1980)
El Ente (USA 1981)
Poltergaist (USA 1982)
Nightmare on Elm Street (USA 1984)
Los hijos del maiz (USA 1984)
La Mosca (USA 1986)
Hellraiser (USA 1987)
Monkey shine (USA 1988)
It (USA 1990)
Cape Fear (USA 1991)
The silence of the lambs (USA 1991)
La gente detras de las paredes (USA 1991)
Dracula (USA 1993)
Cronos (México 1993)
Seven (USA 1995)
Ringu (Japon 1998)
Los sin nombre (España 1999)
El espinazo del diablo (México-España 2001)
The Others (USA 2001)
Exterminio (USA 2002)
Ju-On (Japon 2002)
Tale of two sisters (Corea 2003)
Shutter (Tailandia 2004)
Trick r' treat (USA 2007)
El Orfanato (España 2007)

domingo, 24 de octubre de 2010

Sembradío de letras

Esta semana recibí un correo de mi amiga Silvia, mejor conocida en la blogosfera como Wastedcherry, donde me invitaba a participar en un círculo de lectores, con motivo de unas encuestas que se publicaron recientemente, donde revelaba algo que en México no es nada nuevo: que nadie lee. Entonces se le ocurrió poner su granito de arena y aportar con ideas, esas que si son valiosas y no las pendejadas del gobierno como esas de Iniciativa México, donde le hacen creer al pueblo que las cosas van a cambiar, solo por que Televisa y Tv Azteca dicen que asi va a ser. Neta pinches demagogos quieren hacer algo, que les parece y si donan toda la lana que cuesta producir eso a foros educativos, al crecimiento de editoriales, a bajar los costos de distribución de libros y sobre todo: A TERMINAR CON EL SINDICATO DE MAESTROS. Puta madre, hasta la sola idea los hizo que se cagaran. En fin, Silvia propone... que carajo, que sea la misma Silvia quién se los diga; sobra decir que cuenta conmigo y a darle, ahí les dejo el link:

jueves 21 de octubre de 2010

Desocupado lector:

De acuerdo con la primera Encuesta nacional de lectura, realizada en octubre de 2006 de manera conjunta por el CONACULTA y la UNAM, el promedio de libros leídos por los mexicanos al año es de 2.9 por habitante; sólo 4.2% de la población total rebasa la cantidad de 10 libros anuales. Esta es una situación inquietante, más cuando hay tanto que leer. Precisamente por eso, por las muchas letras que podemos devorar y no lo hacemos, se me ocurrió abrir un blog con el cual pudiera establecer un círculo de lectores, algo que se me antoja sumamente gratificante, pues una cofradía como ésta no sólo fomenta el acto de leer, también promueve el proceso de digestión de textos y con ello —tomando en cuenta que para seguir echando alimento al costal, necesitamos primero procesar lo ya consumido—, se facilita el que uno siga apeteciendo hurgar en el librero ¿no?

Bueno, ya está, basta de insinuaciones. Si han leído estas líneas, deberán entender que lo que he tratado de hacer es invitarlos a que participen, les juro que será una experiencia saludable. Sé bien que algunos de ustedes, afortunadamente, superan la hazaña del 4.2 por ciento que describe la estadística, otros tal vez no, de cualquier manera los incito a mantenerse o a ponerse en forma por medio del coaching libresco que he configurado, éste consta de tan sólo 12 libros; uno por mes. Aunque en un principio había pensado en uno por quincena, considerando que algunos pueden sentir este ritmo algo pesado o, bien, los más voraces ya tendrán también otros volúmenes en mente, una obra por mes es suficiente.

La lista que preparé no sigue ninguna preferencia o capricho personal, tampoco fue elaborada pensado en el prestigio de los escritores — aun cuando la mitad de ellos han obtenido el Nobel— simplemente fue ideada guiándome en mis notas de lecturas pendientes, las cuales están impregnadas del comentario frecuente de: Pero cómo, ¿no lo has leído aún? Esta es:

Noviembre: J.M.G Le Clezió, El pez dorado.
Diciembre: Juan José Millás, El orden alfabético
Enero: Kazuo Ishiguro, Un artista del mundo flotante
Febrero: Doris Lessing, Diario de una buena vecina
Marzo: Juan Marsé, La oscura historia de la prima Montse
Abril: Tony Morrison, Ojos azules
Mayo: Alessandro Baricco, City
Junio: José Saramago, Las intermitencias de la muerte
Julio: Rosa Regás, Azul
Agosto: J.M. Coetzee, En medio de ninguna parte
Septiembre: Roberto bolaño, Llamadas telefónicas
Octubre: Herta Müller, En tierras bajas
Silvia Teresa Flota Reyes

viernes, 15 de octubre de 2010

Mario Vargas Llosa: Premio Nobel de Literatura 2010



Como todos han de saber ya, en los últimos días le fue otorgado a Mario Vargas Llosa el premio Nobel de Literatura 2010 y yo, como de costumbre, me espero un poco para hablar de estas cosas, y procuro no irme con la emoción inicial. Hace apenas poco más de un año, escribía yo sobre su novela "La tia Julia y el escribidor", y en aquella ocasión también comentaba que esa era mi primer acercamiento formal con su obra. A lo largo de este tiempo, me he acercado más a ella, con (ahora si) sus textos más celebres: La guerra del fin del mundo, La fiesta del chivo, Pantaleon y las visitadoras. Textos maravillosos y bellamente escritos, donde nos muestran a un escritor plenamente hecho, de un estilo propio y una ideología claramente marcada. Casi nunca leo a gente abiertamente de Derecha, no por alguna razón en particular, no me paso la vida buscando quien carajo es de izquierda para poder leerlo, simplemente que no he tenido la fortuna de encontrarme con muchos escritores con esta postura política; Octavio Paz, por ejemplo, era un tipo de ideología de izquierda, es suficiente con revisar "El Laberinto de la Soledad" uno de sus textos más celebres, para notarlo; y por otro lado abría que leer "Tiempos Nublados", un libro abiertamente de derecha; el mismo Borges, que hizo más de una declaración desafortunada y hay quién asegura que era de inclinaciones fascistas (cosa que a mí me vale madre, yo no soy, ni pretendo ser biógrafo de nadie, ni juzgar a nadie, a mí me importa la literatura). El punto de todo esto es, que Vargas Llosa pertenece a una generación donde todo el mundo era de izquierda, cenaba con Castro y portaba camisas del Che; Neruda, Garcia Marquéz, Cortázar, etc., y este hombre fue el único en salir a decir: Yo no estoy de acuerdo con eso.




Con el escritor peruano suman ya seis los escritores latinoamericanos en obtener este reconocimiento: Gabriela Mistral (chilena, 1945), Miguel Ángel Asturias (guatemalteco, 1967), Pablo Neruda (chileno, 1971), Gabriel García Marquéz (colombiano, 1982), Octavio Paz (mexicano, 1990) y ahora Mario Vargas Llosa (peruano, 2010). Seis estilos notablemente diferentes, seis formas de ver el mundo distintas, seis compromisos notables. Pero ante todo esto, surgen inevitablemente las preguntas de siempre: ¿cómo se elige a un premio Nobel? ¿se encierran y nadie sale hasta que hay humo blanco? ¿o son jurados, como en Cannes, que cambian cada año y eligen según el gusto del jurado en turno? La respuesta está en ésta última pregunta. El jurado de la academia no obedece a perfiles literarios ni ideológicos como lo han sugerido, de hecho, a lo largo de la historia de este premio, se ha condecorado en más ocasiones a socialistas/comunistas/loquesigue, que a otros. Desde Neruda (en pleno exilio), García Marquéz y recientemente a José Saramago, que a la gente de derecha. Queda claro que la postura política no influye, el estilo o género literario tampoco lo hace. ¿Luego que lo determina? nada, es arbitrario, al jurado en turno le gusta algo y lo premia, punto. No hay más. Y el resultado de esto, de no proponer una lista de criterios, ha llevado a esta Academia de suecos, gorditos, flatulentos (por el queso) y puntuales, a cometer serias omisiones que van desde Henry Miller, hasta el mismo Borges, pasando por Mishima. Me preguntó, ¿habrá alguien que no este de acuerdo con que Borges merecía el Nobel? ¿Cortázar? Coincido en este año y lo celebro, nuestras letras latinoamericanas son riquísimas y me da mucho gusto que las reconozcan. No me atrevería a decir bajo ninguna circunstancia a decir que son mejores o mas vastas que otras. La literatura rusa es inigualable, los orientales, Mishima, Kawabata, puta madre, son inmejorables. La poesía francesa es sublime. Pero lo que si me atrevo a afirmar, es que la originalidad y la diversidad de las letras lationoamericanas, no tienen paralelo. Su riqueza de estilo y temprana madurez le han valido elogios en todos lados.


Regularmente discrepo de las decisiones de este tipo, y si bien siempre será un buen pretexto para leer a gente poco traducida al español, me queda claro que este premio no celebra la calidad literaria, sino la popularidad. Ojo, no estoy diciendo que los laureados no tengan la suficiente calidad, digo que ha falta de criterios claros, esto siempre dependerá del gusto de alguien y por ende, siempre generará conflicto.

sábado, 9 de octubre de 2010

En pocas palabras...

Tenemos que llenar el mundo de letras.
¿Qué mejor que el lenguaje
para explicarlo?...
¿Qué mejor que la literatura
para inventarlo?...

Jontan Frías

domingo, 3 de octubre de 2010

El Maestro y Margarita - Mijaíl Bulgákov

Esta semana me quede pensando en que hacía un buen tiempo en que no les hablaba de ningún libro y decidí que este era ideal para retomar ese camino. Este libro llegó a mis manos vía recomendación de una persona muy cercana a mí, me habló del libro y me contó como era un texto que estaba maldito, pues cada que lo compraba o se lo robaban o lo extraviaba y todas esas. Para cuando me platicó de él, no lo tenía físicamente así que me pasó un archivo en pdf y así pude hacer mi primera lectura. Mala, cansada y hasta tediosa, es difícil leer un texto entero en un monitor. Pero hace unas semanas se lo encontró, lo re-adquirió y acto seguido, se lo quite yo. No hay ningún problema, pretendo regresarlo y dar fin con ese maleficio. A mi también me ha pasado, nunca pude leer Cumbres Borrascosas, lo compre al menos tres veces y jamás lo leí y ahora, que lleva tiempo empolvándose la última copia que compre en mi librero, ya no lo quiero leer, no sé, tal vez algún día. En fin, el chiste de todo esto es que una vez, libro en mano, me senté a leer esta deliciosa obra de Mijaíl Bulgákov; así es, Ruso, parece ser que esos tipos tienen algún tipo de cromosoma que el resto no tenemos, porque nada más es cosa de darles una pluma y papel para que escriban Crimen y Castigo o Ana karenina.

Imaginen que un día cualquiera están ustedes sentados en su cafetería favorita, resolviendo el mundo (como suelen hacerlo todas las personas que se han leído al menos un par de libros) y que él tipo de al lado no deja de interrumpir su charla hasta que palabras más palabras menos, ustedes descubren que el tipo es el mismísimo Lucifer, el Príncipe de las Tinieblas, el Ángel Caído, etc.. ¿Qué harían?... Cagarse, ya se; pero además de eso. ¿Se quedarían hablando con él? Pues así da principio esta gran ficción. El Diablo un día decide aparecer en Moscú y ponerla de cabeza (lo que es no tener nada que hacer), en busca de la Bruja Margarita (si ya saben, sombrero, completamente desnuda y con su escoba). En esta búsqueda, ustedes serán testigos de como con su sola presencia hará enloquecer a toda la sociedad y la hará caer en una psicosis colectiva de alcances épicos (y bastante divertidos). Masas que aseguran haber visto cosas que no estaban en su lugar, decapitados vueltos a la vida, un gato gigantesco de nombre Hipopótamo, que gusta de la lectura y muchas más cosas increíbles de por medio. Desde un desayuno con Kant hasta el mismo juicio en contra de Jesús narrado desde el balcón de Pilatos.



Esta tremenda ficción fue el gran pretexto de Bugákov para hacer una tremenda crítica a la falsa e hipócrita élite (me caga esa palabra) intelectual (esa también) rusa de los 30. Causa por la cual fue perseguido y hostigado hasta su muerte en los cuarenta, sin haber visto siquiera su obra publicada, misma que no vio la luz sino hasta los sesenta y toda manoseada. La editorial Posev fue la primera en hacer una edición integra, misma que es la que circula hoy día. Si quieren pasar unos días acompañados de una gran prosa, ya saben que los rusos para eso son maestros, una historia bastante divertida y un par de ideas que nos harán revisar nuestras propias posturas ideológicas (y de las otras), este es un gran libro. Llevensela leve.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Carta de Julio Cortázar a Octavio Paz


En otra entrega en el buzón de las grandes letras, le toca de nuevo a Cortázar. Como ya se habrán dedo cuenta, tengo una afición enorme por el escritor argentino, que ya poco le falta para rayar en la adicción. No niego que casi todas mis lecturas empiezan y terminan con Julio, siempre es una agradable forma de empezar el día, ya sea con el manual de instrucciones, ya con alguno de sus cuentos o poemas. Octavio Paz es otro de mis escritores preferidos, sobre todo su hermosa poética, para muestra, apenas la semana pasada, les compartí uno de sus poemas más hermosos -la genialidad desbordada en pocas líneas- titulado La Calle. Y pues en la navegabundeada (que pedo con ese verbo que me acabo de inventar) me encontré con esta carta que se escribieron por el 56, mientras Julio radicaba en París y Octavio era embajador de México en la India, además existe un video del encuentro posterior y un poco adelantado en la presente carta, sin más les dejo el texto y el video:

Mi querido Octavio:
Acabo de terminar la lectura -y en gran parte la relectura y hasta la archilectura- de El arco y la lira. Quiero escribirle ahora mismo estas líneas cuyo desaliño me será perdonado en nombre del entusiasmo que las motiva. Conste, para empezar, que me jacto de algunas lecturas en el terreno de la poética, un poco porque vivir en Francia significa vivir en el horno central de estas actividades, y otro porque en mi tiempo fui también culpable (sé por qué me califico así) de ejercicios de ese orden. Todo lo que siento frente a su libro no es, pues, producto de un descubrimiento o una revelación. Muy al contrario, he reconocido muchas veces las influencias (las que van por debajo, las aguas profundas) y he coincidido o no con las intenciones que le dictaban a usted su texto. Le digo esto para que tenga la seguridad de que mi entusiasmo, mi admiración y mi alegría frente a su obra no son actitud de novicio sino de reconocimiento –por fin– de un trabajo profundo y completo sobre algo que es con mucho uno de los fuegos centrales, si no el mismísimo fuego central del hombre.

Octavio, yo creo que usted ha mostrado en su libro lo que me parece ser la característica más profunda del pensador, del ensayista latinoamericano –y muy en especial del mexicano y el argentino–. Me refiero a esa posibilidad que nos ha sido dada (y de la que todavía hacemos poco uso) de conocer y de explorar un tema desde todos sus ángulos, sin la reducción inevitable a un modo de pensar, a una cultura dada, que es el signo fatal de los trabajadores europeos. Leyendo su libro pensé muchas veces en el análogo del abate Brémond (y los ensayos colaterales escritos por Robert de Sousa y otros), y pude darme cuenta una vez más hasta qué punto el ámbito cubierto por usted, por su manera de pensar derivada de un aprendizaje y una experiencia mucho más universal, se traducía en resultados infinitamente más profundos y fecundos. (...)

Yo creo que de todo su libro lo más hermoso es la primera parte, es decir, los capítulos correspondientes a “El poema” y a “La revelación poética”. Lo que usted ha descubierto sobre el ritmo me parece magnífico. No sé si “descubierto” es la expresión justa; lo es, al menos, por lo que a mí se refiere, porque después de leer miles de páginas sobre el ritmo, no encontré jamás una intuición como la que usted señala y explora: la de que el ritmo es sentido de algo, y que no es medida, sino tiempo original. Y visión del mundo, e imagen del mundo (...)

He hecho la experiencia de mostrarle unos pasajes del capítulo “Verso y prosa” a un excelente amigo español que vive metido en el mundo de las ideas recibidas, y me ha producido un placer no poco perverso verlo quedarse absolutamente estupefacto frente a la noción del carácter artificial de la prosa comparado con el manar natural del lenguaje rítmico, poético. Es que todavía se enseña y se seguirá enseñando en las escuelas la proposición contraria; en ese sentido, todo su libro tiene un valor de choque.

Gracias, Octavio, por mandarme su obra, y escríbame alguna vez diciéndome en qué anda y si piensa darse una vuelta por París. Creo que a fines de octubre me voy a la India con la Unesco. Aprovecharemos mi mujer y yo para quedarnos un mes y medio y ver todo lo que podamos en tan poco tiempo.

Mi mujer no lo conoce pero lo tiene ya por amigo querido. Y yo le mando todo mi afecto y un gran abrazo,

Julio Cortázar.



París, 31 de Julio de 1956




sábado, 18 de septiembre de 2010

Octavio Paz - La Calle


Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.

Octavio Paz

lunes, 6 de septiembre de 2010

Somos lo que recordamos...

Hace unos días andaba yo caminando por el centro, buscando algunas cosas y aproveché para comprar una de las revistas que regularmente sigo y me encontré en ella un artículo que llamó mi atención y quiero compartirlo con ustedes, a razón de que me surgieron ciertos comentarios alrededor de él y pues para no descontextualizar, decidí incluir el texto, primero porque sé que éste artículo es de Rolling Stone México y por ende no todos tienen acceso a esa publicación, unos porque no la siguen, otros porque no viven aquí, así que les presento el texto y luego les comentó:


Somos lo que recordamos...


Los problemas comienzan al tratar de saber qué es lo que recordamos si de la historia no aprendimos nada o prácticamente nada. Quien no recuerda nada va por el mundo como una nave al garete, algo así como cuando cae una hoja de un árbol y es sometida indolentemente a los caprichos del viento. Y si una sociedad o una nación tampoco recuerda nada entonces puede volver a tropezarse una y mil veces con la misma piedra y precipitarse, hasta el infinito, en los mismos abismos ya supuestamente conocidos y que bien pudieron haberse evitado con un mínimo de información y de conciencia histórica.


Quien no recuerda nada va ciego por los caminos de la existencia, y quien va ciego, se estrella contra todas las paredes, cae en las mismas trampas, se precipita en los mismos abismos y volverá a ser, una y otra vez, víctima de quien piadosamente lo tome de la mano para conducirlo a los círculos viciosos del infierno como la confusión, la desesperación, la venganza, la rabia, la frustración, la violencia y la destrucción, sólo para empezar de nueva cuenta con la confusión y así repetir la historia hasta el infinito, mientras otros tantos lucran con la perdición de la sociedad, llámese clero o partidos o políticos corruptos, al fina es lo mismo.


¿Cuándo es el cumpleaños de la nación? La respuesta, aplicable a cualquier persona, no puede ser otra que la fecha de su nacimiento. En este orden de ideas México no nació con el grito de independencia de septiembre de 1810, sino cuando el Ejercito Trigarante, encabezado por Agustín Iturbide, desfiló por las calles de la ciudad de México después de los pactos suscritos con los insurgentes en 1821. Allende, Hidalgo y Morelos, fueron fusilados en 1811 sin que hubieran logrado, ni mucho menos, la independencia de México. De modo que festejar, o mejor dicho, conmemorar el bicentenario de la independencia de México a partir de 1810 constituye una aberración histórica porque, si bien es cierto, que en ese momento se hizo un llamado peculiar puesto que se deseaba el regreso de Fernando VII al poder en logar de José Bonaparte, también es cierto que el movimiento de independencia no se consolidó sino hasta 1821, fecha en que se suscribió al acta de independencia de México, así como los tratados de Iguala y de Córdoba dando lugar al nacimiento de México.


En lo que hace a la conmemoración que no celebración, del estallido de la revolución mexicana, en este rubro también encontramos una manipulación de la historia patria que debe ser denunciada. Efectivamente francisco I. Madero convocó al movimiento armado a partir del 20 de noviembre de 1910, sólo que cuando Porfirio Díaz, el tirano, se percató de que muy pronto se produciría en México un baño de sangre decidió renunciar a la Presidencia de la República en mayo de 1911 después de unas escaramuzas que, desde el punto de vista militar, tuvo muy escasa importancia. ¿Cuándo estalló la verdadera revolución mexicana? Sin duda alguna uno de los más trágicos episodios de la historia patria se vivieron cuando Victoriano Huerta, un personaje medio hombre y medio bestia, mejor conocido como el Chacal, trabó una alianza con Henry Lane Wilson para asesinar al presidente Madero en febrero de 1913. A partir de ese momento Venustiano Carranza se levantó en armas en contra del magnicidio del Jefe de la Nación y entonces si, México entero se convirtió en un polvorín que ocasionó la muerte de más de un millón de mexicanos, casi el 10% de la población, que enlutó a cientos de miles de hogares, destruyó la economía, la confianza internacional y echó para atrás por lo menos 50 años la manecilla del reloj del desarrollo económico de México. Es claro entonces que ni la independencia de México se dio con el grito de Dolores de 1810 ni la verdadera Revolución Mexicana estalló el 20 de noviembre de 1910.


No creo en el historicismo ni acepto, tal y como ya lo sentenció Karl Poper, la predicción histórica ni "el descubrimiento de los 'ritmos', o 'patrones', las 'leyes' o las 'tendencias' que subyacen a la evolución de la historia". Es decir, no por el hecho de que México haya iniciado el movimiento de independencia de 1810 y haya estallado la revolución en 1910, en este año 2010 necesariamente nuestro país vaya a vivir una convulsión armada. En el 2010 debería haber una tercera revolución, sí, pero la revolución del intelecto, de la conciencia colectiva, pacifica, inteligente, constructiva, útil y metódica en todos los órdenes de la vida nacional. Comenzar, tal vez por sentar las bases de una revolución moral y una del conocimiento y de la información que nos permita evaluar los errores y advertir las razones por las cuales nos extraviamos al extremo de contar en la actualidad con casi 60 millones de mexicanos sepultados en la miseria, lo anterior, sin considerar a los 35 millones de compatriotas que huyeron a Estados Unidos por desesperación y hambre en su inmensa mayoría.


Nada mejor para celebrar nuestro bicentenario, no así sólo para conmemorarlo, que instrumentar de manera pacifica, sensata y efectiva, una "tercera revolución" en todos los órdenes de la vida nacional. Precisemos la metodología de una revolución moral, de una revolución espiritual, de una revolución educativa y cultural, de una revolución industrial, de una revolución comercial, de una revolución política, de una revolución ecológica, una revolución en materia de de comunicaciones, finalmente de una "tercera revolución" en la que destaque la inteligencia nacional que en nuestros días nadie encuentra por ningún lado...


¿Por qué nunca se nos dijo que el padre de la patria fue Matías monteagudo, el macabro inquisidor y arzobispo en los años de 1810, el mismo que impulsó la independencia de la Nueva España en 1820, porque rechazaba la posibilidad de qye se aplicara en México la Constitución de Cádiz de corte liberal, y que establecía valientemente la nacionalización de los bienes del clero y la separación de la iglesia-Estado? Monteagudo y nadie más inventó a Iturbide el verdadero consumador de la independencia en 1821. ¿Por qué nunca se nos dijo que Carranza no se levantó de inmediato al saber del asesinato de Madero, sino un mes después del magnicidio porque estaba negociando la cartera de gobernación con Huerta y éste, al negarse a otorgársela, ejecutó finalmente el plan de Guadalupe? ¿Qué hubiera pasado si Huerta hubiera accedido al nombramiento? ¿No habría estallado la revolución? ¿Por qué nunca se nos dijo que la jerarquía católica mexicana ha sido la enemiga más siniestra de la patria a lo largo de su dolorida historia? ¿Por qué nunca se nos dijo que la propia iglesia fue la principal interesada en atrapar, juzgar, degradar, excomulgar, fusilar y decapitar a Hidalgo por hereje, apóstata y traidor, al igual que aconteció con Morelos? ¿Acaso el clero católico tiene derecho alguno en participar en estas conmemoriaciones del bicentenario, cuando estuvo en contra de la independencia y al lado de Victoriano Huerta 100 años después?


Pero ya sabemos que en términos históricos el verbo "hubiera" se conjuga no en pluscuamperfecto, sino en pluscuamtonto...


Quien no conoce su historia está condenado a repetirla. No la repitamos. Hemos pagado precios muy elevados para poder contar con las instituciones que tenemos en la actualidad. Defendámoslas y mejorémoslas con conocimientos, patriotismo y coraje.


Francisco Martín Moreno
Rolling Stone México no. 89 pp. 30-31

"Somos lo que recordamos..." Sin duda, me suscribo a esa afirmación, agregando que también somos lo que leemos, lo que vemos, en suma: lo que decidimos. En esencia estoy de acuerdo con Francisco Moreno, aunque la autocrtítica no podemos perderla y me encuentro obligado a hacer algunos comentarios al respecto. No soy una persona que participe de los festejos, celebraciones o conmemoraciones que el Gobierno de México esta implementando para este 2010, y no lo hago primero porque encuentro pocas cosas para celebrar en medio de este estado paramilitarizado que tanto le gusta al Estado de Derecha. La llamada "Guerra contra el narco" tiene -literalmente- sitiada y al punto de quiebre, la tranquilidad de un pueblo -no lo niego- , en parte responsable de su situación. Pero ese no es el punto de esta entrada, sino puntualizar algunas cosas sobre este excelente texto. Primero me encantó ver esto en una publicación tan diversa como Rolling Stone, porque esto permite que llegue a mucha más gente de lo que lo podría hacer, por ejemplo, algún libro de historia de México, y cuando digo algún libro de Historia de México, no estoy hablando de los libros de la SEP (Secretaría de Educación Pública) o cualquier libro de Enrique Krauze, sino de los libros críticos y nada oficialistas, luego pues, hago mis comentarios.


Repito, todo esto parte de un acuerdo con el texto y lo mío no serán sino meras interrogantes aledañas al mismo. Comparto la visión de que somos lo que recordamos, pero como recordar algo no aprendido, siendo responsables de nuestra educación, no todo es la escuela y los pésimos magistrados que en ella "enseñan", también es nuestro tremendo desinterés, y sí, por supuesto que celebrar el bicentenario de nuestra nación el 15 de septiembre de este 2010 es absurdo, nadie celebra el día que se echaron a su vieja y quedó embarazada, incluso habrá quién lo lamente, pero todos nos acordamos con cierto júbilo del día que nació el chamaco, así que, qué pendejada es esa de pensar en 1810 como fecha del nacimiento de la patria, hasta ahí estamos completamente de acuerdo. Mi... digamos... no-es-suficiente, radica en que, hacer una lsita de eventos en un tono de evidente disgusto, sarcástico, como quién dicta ingredientes de una receta, tampoco nos aporta nada, evidenciar datos por demás explícitos como el hecho de que Hidalgo no quería una nación independiente sino el regreso de Fernando VII o la posterior independencia con Iturbide mediante Monteagudo, en evidente rechazo de la Constitución de Cádiz, es exactamente igual que hablar de las borracheras que se ponía Hidalgo y de sus viejas y de Morelos, otro borrachote. ¿Eso en qué aclara el panorama? en ver que estos personajes veían por intereses personales antes que por los sociales, en entender que estos llamados "Héroes de la Patria", también eran humanos y que cagaban a deshoras y que les encantaba la peda. Eso no me dice nada tampoco. El que Hidalgo no pretendiera una nación libre, tampoco es motivo para negar el hecho de que sus actos promovieron todo el escenario para que eso se diera, es como pensar que Fleming no es responsable de la penicilina porque fue un accidente, o Einstein de la relatividad. El que las cosas surjan de manera circunstancial no les resta su valor real. Entonces si conmemoremos el hecho de que estos hombres, cualesquiera que hayan sido sus razones, promovieron un cambió en nuestra nación, y tengamos claro que si vamos a celebrar un cumpleaños sería hasta el 2021. Y en cuanto a las instituciones que el señor Fernando Moreno quiere que defendamos, me gustaría decir que, posterior al levantamiento armado de 1910, cuando hubo terminado la trifulca, el éxito de dicho movimiento, fue el de crear un sistema político -que hoy en día prevalece-, que viera siempre por los intereses del sistema, sin importar quién esté al frente. En este país nos han dado suficiente evidencia a lo largo de -ya- más de 90 años, para que entendamos que las ideologías no caben. No hay lugar para los Guevaristas, las insurgencias en esta gran nación se proclaman en contra de las horas extras en la oficina y nada más, las huelgas son para recibir mayores aguinaldos, para que la gente del Senado de la República trabaje menos y tenga más IPads -aunque no las sepan usar. Recientemente hubo elecciones en el país y fue el escenario perfecto para otra de sus muestras de interés social; el PAN y el PRD unidos por el poder en varios estados (Oaxaca, Puebla, etc.), la izquierda y la derecha juntas, los espurios contra los legítimos, los pro-bodas gay y derechos de igualdad, con el Yunque, la extrema derecha del PAN, la opresión misma, los más grandes RETROGRADAS y RETROMORALISTAS. Un partido -el PAN- que utilizó a las instituciones (Instituto Federal Electoral, IFE) para fraguar un fraude electoral, igual que el que hiciera el PRI en 1988, juntándose con los defraudados, total, lo que quieren es trabajo para ELLOS. Ahí si que no, en eso no puedo estar de acuerdo, si algo le ha hecho daño a este país, son sus pinches instituciones que solo favorecen al sistema, que hay que hacer, derrocar al sistema y a sus instituciones, no a los pinches partiditos que de ÉL viven, lacayos de intereses superiores, el banco mundial, el G8 y tantos otros. Considero que lo que se debe hacer, respecto a la Historia Oficial y la otra, la crítica, la académica pues, es confrontarlas en los foros adecuados y promover que el híbrido que de ahí surja, llegue a los nuevos libros texto, eso si sería favorable a futuro, porque suponer que por qué existe en este momento un cierto fervor nacionalista, bastaría con salir a publicar consignas en medios "alternativos" es suficiente para crear conciencias, otra vez, como quién hace pasteles, es una utopía, una pendejada pues, que no nos podemos permitir.


Si se van a poner pedos por las celebraciones, me invitan, total, que para la borrachera hasta el pinche natalicio de Benito Juarez (otro cabrón igual) sirve. Ahí les dejo un video bastante cagado, llevensela leve.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Adios Germán

De verdad que es duro para mi aceptar la partida de Germán Dehesa. No hace mucho lamentábamos la muerte, tanto de Saramago como de Monsiváis, y ahora le tocó turno a éste gran escritor y columnista mexicano. Uno siempre lamenta la partida de la gente que admira, en mi caso, los escritores que leo, tienden a tener mucha importancia en mi vida, digamos que son una especie de presencia inasible con la que siempre cuento, consulto y frecuento. Pero en el caso particular de Germán, lo lamento profundamente porque además lo admiraba e incluso aspiraba a parecerme, al menos, un poco a él. Se que esto que acabo de decir (escribir) es políticamente incorrecto, que un escritor debe pugnar por la originalidad de estilo y todas esas madres, pero que carajo, esas son pendejadas de academia, cosas que repiten los frustrados profesores de Letras que nunca lograron escribir una página decente. En mi caso, me encantaría poder manejar la ironía y el humor negro como lo hacía el maestro Dehesa, reflejar esa capacidad en mi vida, más que en las palabras que escribo a diario.

No es gratuito decir que lo que más extrañaré es escucharlo hablar. Dehesa, junto con Monsiváis, eran dos de las personas más comprometidas con el lenguaje, escucharlos en sus conferencias o en sus platicas en los programas televisivos era un delicia total. El maestro Germán era un hombre comprometido, un escritor que jamás rehusó su compromiso social. Su "Gaceta del Ángel" era una lectura imprescindible para miles de mexicanos que nos levantábamos con la certeza de que Dehesa estaría a píe de cañón como todos los días, con su pluma crítica y voraz, que jamás puso a disposición de nadie. Amaba el deporte como pocos, uno de los intelectuales que no utilizaban todo su acervo cultural para atacarlo o para mofarse de él, por el contrario, lo fomentaba en cada oportunidad que tenía. Lo único que en verdad me preocupa es ¿cómo carajo va a dormir ahora Montiel?


Descanse en paz Germán Dehesa. (1944 - 2010)

lunes, 30 de agosto de 2010

autonecrofília



Bajo la voraz proclividad que nos define dentro de las propias reglas gramaticales con las que construimos las ideas que nos explican, decaemos en un mar de origen y cenizas lamentables y no menos inhóspitas. ¿Por qué ahora –me pregunto– llega esta necesidad de simplificación, de gramáticas parcas y de floreros sin nombre? Ya saben, como cuando dan las 4:49am y tú llevas la noche en vela porque las presiones fiduciarias con las que has decorado tu famélica visión de lo que se es -en un sentido ordinario, sin diatribas conceptuales ni adjetivos de aparador-, te determinan. Te levantas de la cama –donde no has fingido otra cosa que tranquilidad para no inmutar la ausencia de quién te hace falta– y lo único que justifica tu desvelo son las ganas de escribir, las ganas de mascarar tu naufragio inapetente, el sórdido velo de monóxido de carbono que disfraza tu cara de cliché y tu sonrisa de catálogo de Home Deppot.

Ya saben, de noche y sin escribir, viendo series de personas que son escritores que han dejado de escribir, y reconocerse en ese espejo nada grato y pararte como fingiendo que no pasa nada y ya saben las preguntas oficiales How many roads must the man walk down, before you call him a man y todas esas. Extrañarte y sentirte a medias, terminar de escribir esa novela que no bien acabas de empezar, pensar en ella en términos establecidos y plazos previamente fijados. El cigarro ocasional que aclara los pensamientos y acompaña las guitarras, porque no puedes dejar de escuchar música… y ya saben Dylan en Blood on Tracks no nos deja mentir, nos arranca la sonrisa y te descubres cantando quitado de la pena If you see her say hello, she might be in Tanger, she left me last early spring, is in living there i hear, say for me them i’m all right y no dejas de pensar en ella.

Dejas las palabras y las buenas intenciones en el cajón de tu mesita de noche y piensas en la edad y en que ya debes de pensar en el colesterol y todo lo que no fuiste, por descuido o por soberbia, se te agolpa en la garganta y no te deja hacer nada. Un día estás bien, miras a tu alrededor y estás casado y tu hijo no tiene dientes y sabes perfectamente que es la última vez que veras esa sonrisa hermosa, que los días conducirán tus pasos a la escuela y tratarás de ser un mejor padre del que fueron contigo y qué carajo, seguro lo lograras, pero en ese momento en que su sonrisa estalla y tú no sabes que el mundo no ha parado de girar, es irrepetible. Después no queda nada, vives con el recuerdo, que es lo único que te queda, navegando de la indiferencia a la apatía y de regreso.

Ya paso una hora y como no quieres seguir pensando en eso, cambiaste el disco y ahora estás escuchando a Radiohead que siempre te hace sentir bien, en el proceso tomaste y abandonaste un par de libros, las oraciones no logran alejar de ti esa imagen indescifrable: Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo, dejar mi cuarto encerrado y bajar a bailar entre borrachos. Uno es un tonto en una cama acostado, sin mujer, aburrido, pensando, solo pensando. No tengo “hambre de amor”, pero no quiero pasar todas las noches embrocado mirándome los brazos, o, apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro, y tantas otras sin efecto –ahora. Pero la música te distrae y la serie de televisión que estabas viendo, la del escritor que no escribe y pensabas tontamente que eres tú, ya hace rato que terminó y sin sentido te acercaste a la computadora a escribir todo lo que no sientes y no piensas, puesto que no eres tú el que escribe, sino la idea que has construido de ti. Te alejas de todos y recuerdas que lo que querías decir, aquello que sentías en la carne, como una necesidad atafaga y dolorosa, alguien ya lo había dicho mucho antes que tú: El cáncer del tiempo nos está devorando. Nuestros héroes se han matado o están matándose. Así que el héroe no es el Tiempo, sino la Intemporalidad. Debemos marcar el paso, en filas cerradas, hacia la prisión de la muerte. No hay escapatoria. El Tiempo no va a cambiar.

sábado, 21 de agosto de 2010

Carta de J. L. Borges a A. Reyes


Hacia un tiempo que no compartía con ustedes la correspondencia habitual. Las dos ocasiones anteriores involucraron a Cortázar, esta vez, es el turno de Borges de quién nada me atrevo a decir. En esta carta del argentino le cuenta al mexicano sobre la revolución en Argentina, el lanzamiento de su libro Evaristo Carriego y unos pequeños comentarios sobre la revista Monterrey.


¡Salve! Quiero, en primer término, agradecer la invitación de Monterrey, a quien remitiré unos borradores, apenas los dibuje un poco. No me tengo confianza; ya sabe usted que el borrador -como el anacronismo, el anatropismo y la errata- es también un género literario.


Quiere usted mi versión sobre los sucesos gloriosos. Juro que desde aquella tarde victoriana, no he vuelto a ver a la señora Saint, y sólo en contadísimas ocasiones, a la resplandeciente Haydée Lange. En cuanto a la Eliminación del Doctor, puedo asegurarle que,descontada su necesidad, su bondad final, su justicia, nos vale ahora su desagradabilísimo ambiente. La revolución (o cuartelazo con apoyo del público) es una victoria del buen sentido sobre la inepcia, la frecuente deshonestidad y ofuscación, pero esas malas cosas vencidas correspondían a una mitología, a un cariño, a una felicidad -a la imagen estrafalaria del Doctor, conspirador tácito en la misma Casa Rosada. Buenos Aires, ahora, ha tenido que repudiar su mitología casera, y frangollar motivos de entusiasmo con heroísmos en los que nadie cree y con el tema -insignificante para el espíritu- de que estos militares no roban. Sacrificar el Mito a la lucidez, ¿qué le parece? Shaw, indudablemente, lo aprobaría. No sé si escribo con precisión; antes (repito) poseíamos idiotez, pero con barulleros diarios opositores, con sus vivas y mueras, con una idolatría cómoda que florecía en las paredes, en las milongas y en las letras de tango; ahora, tenemos independencia con ley marcial, una prensa adulona, la tuñonada con escarapela perpetua y la ficción de que el régimen tilingo anterior era cruel y tiránico.


Espectáculos, pocos. Un tiroteo no letal de rifles en la Plaza Once, una ametralladora a media cuadra en la calle Junín, dos armerías saqueadas por un malevaje inseguro en la calle Rivadavia: esas visiones debo a la revolución, y se las agradezco.


Carriego, dentro de unos diez días, lo irá a ver.

De aquí muchísimos afectos, suyo en la espera,
Jorge Luis Borges, 1930.

sábado, 14 de agosto de 2010

Sin nada que decir...

Qué carajo, la verdad es que escribir de manera cotidiana es algo sumamente complejo, se agotan las palabras, la cotidianidad absorbe, el tiempo desvanece. Es bastante cómico el cómo sin importar la inexistencia de ustedes (y aun así vaya que existen), compromete. No es que uno se siente escribir con la idea fija de que va a encontrar lectores en sus palabras y mucho menos comentarios, pero si es verdad que los textos, así sean esas palabras fétidas y vomitivas de quién encuentra en estos espacios un lugar para hablar de su vida privada y exponerse públicamente. En la red, buscando cosas, como casi todos me he encontrado con una pasarela de gente disecada que se exhibe como mercancía, puesto que así entiende que debe ser la vida, una infinita relación entre oferta y demanda de productos y servicios, desde quien vende su virginidad en mercado libre hasta quien compromete sus decisiones familiares al escrutinio público. Por supuesto que también están los otros, los que comprometen sus ideas, los que encuentran en estos espacios un foro valido para denunciar y exponer, con responsabilidad de juicio, sin importar que lo hagan por mero gusto de compartir y no con esa falsa idea de cambiar el mundo una letra a la vez.
Fuera de un par de personas que he tenido el gusto de conocer, la verdad es que toda la gente que entra en este espacio carece de rostro y de voz y sin embargo son importantes, dedican un par de minutos a revisar lo que este vividor (servidor) escribe con mediana regularidad, y eso compromete a procurar no poner aquí fotos mías completamente ebrio en alguna fiesta (aunque sería divertido), sino a poner algo que al menos sirva de entretenimiento, carajo, que arranque una sonrisa franca diciendo: Mira que pendejadas dice este tipo o que mierdas tiene este en la cabeza para pensar eso.
Pero también me he encontrado con cosas interesantes como con jalozadas.blogspot.com, donde Antonio nos cuenta semana a semana sus inquietudes y sus esfuerzos contra las editoriales, mostrando su trabajo literario, algunas veces con mejor suerte que otras, pero siempre incansable. O wastedcherry, donde Silvia no para en su lucha de promover la cultura con particulares esfuerzos en la plástica, dado que ella es pintora en receso como me lo contó en un café. O Keith, que con pocas palabras, pero muchas imágenes, nos comparte su manera de ver el mundo que se construye todos los días y que nos comparte.
En fin, como bien habrán adivinado, esta semana me quede sin nada que decir y pensé en hacérselos saber (yo no los voy a pendejear como lo hacía Bukowsky). Y a falta de palabras, esto que es algo de lo más bello que he escuchado en mi vida. Llevensela leve.


sábado, 7 de agosto de 2010

Esperaré al próximo

El cine es novela y el cuento fotografía, esa es mi visión, en el cine al igual que en la novela, desfilan ante nosotros una serie de elementos que nos brindan una imagen absoluta de una historia cualquiera, incluso esas películas de Linch donde nadie sabe que demonios esta pasando. El cuento, de ahí mi afición por este género, es una fotografía, una hermosa fotografía, un instante congelado de la vida de alguien, tal vez uno mismo, se tiene que adivinar los gestos, suponer el camino andado hasta ese momento en que, caminando por la calle o metidos en el subte, nos encontramos de frente con ese fragmento de realidad. No me quiero meter en demasiados problemas, solo que en estos días me detuve a pensar en lo que escribiría para este espacio esta semana, le dí vueltas a un par de temas, hasta que, literalmente perdiendo el tiempo en la red, recordé un pequeño cortometraje francés que vi hace unos años en un festival de cortometrajes y pensé, que dentro de mi forma comparativa de entender las cosas, el cortometraje me sigue resultando inasible, y más cuando logran desconcertarme de esta manera. Una historia de belleza pocas veces vista, de un humor inesperadamente negro y con un par de actuaciones brillantes. Las más pura evidencia de que el talento no requiere tanto dinero, tan solo las ganas de contar algo y hacerlo.


lunes, 2 de agosto de 2010

La cantante calva - Eugène Ionesco


En esta ocasión quiero platicarles de una obra de teatro… Realmente no acostumbro escribir sobre teatro en este espacio, con la excepción de –hace más de año y medio- la vez en que tratando otro tema, mencione, de manera tangencial, la obra: Feliz nuevo siglo Dr. Freud, de Sabina Berman y cuando de manera particular lo hice con La hora de todos, de J.J. Arreola (en donde mencioné por cierto a este dramaturgo)… Espero esto se convierta en un buen hábito, les cuento:

Eugène Ionesco es un dramaturgo rumano (1912-1994), nacido en Slatina, aunque prontamente llevado a París donde paso su infancia. Después radico por varios años en Budapest, para por fin regresar a París, donde fijo su residencia para dedicarse completamente a escribir. Que bello y que lejano me suena eso… perdón. Las obras de Ionesco exploran, sobre todo, lo fútil y baladí que resulta la existencia humana, dentro de un mundo (en términos sociales) impredecible y sin parangón alguno. Personaje que reflejan la incapacidad del ser humano para comunicarse, para establecer un dialogo lineal y coherente. Humorista, pesimista-realista, es quizá el máximo exponente del teatro del absurdo, junto con Becket y Jean Genet. Revoluciona la forma de hacer teatro, al hacer obras de un solo acto y de diálogos recargados, de atmósferas sofocantes que conducen al delirio de lo ilógico, del sinsentido, de la alienación.

La cantante calva es una Antipieza, que se estrenó por vez primera, en el Théàtre des Noctambules en mayo de 1950, dirigida por Nicolas Bataille. Un sátira plagada de exageraciones, con pequeños salpicones de surrealismo, como lo marca su estilo propio, que se adentra en lo más profundo de las relaciones cotidianas dentro de las circunstancias más plañideras, personajes capaces de crear galimatías con su extrema verborrea, haciendo un bullicio que imposibilita a los personajes de comunicarse. 12 personajes en un interior burgués inglés, que satirizarán las sociedades defectuosas desde su núcleo, un matrimonio incapaz de reconocerse, un marido que nunca termina por conocer, saber, aprender a su esposa, y viceversa. La flaqueza del espíritu humano y su tremenda dependencia, su profunda soledad y sus más arraigadas psicopatías. Sin duda una obra hilarante, de profundas reflexiones, capaz de estimular a la mente más famélica.

sábado, 24 de julio de 2010

Telemaquía


Dondequiera que haya un duelo, estaré de parte del que cae. Ya se trate de héroes o rufianes.

Estoy atado por el cuello a la teoría de esclavos esculpidos en la más antigua de las estelas. Soy el guerrero moribundo bajo el carro de Asurbanipal, y el hueso calcinado de los hornos de Dachau.

Héctor y Menéalo, Francia y Alemania y lo dos borrachos que se rompen el hocico en la taberna me abruman con su discordia. Adondequiera que vuelvo los ojos, me tapa el paisaje del mundo un inmenso paño de Verónica con el rostro del Bien Escarnecido.

Espectador a la fuerza, veo a los contendientes que inician la lucha y quiero estar de parte de ninguno. Porque yo también soy dos: el que pega y el que recibe las bofetadas.

El hombre contra el hombre. ¿Alguien quiere apostar?

Señoras y señores: No hay salvación. En nosotros se está perdiendo la partida. El Diablo juega ahora con las piezas blancas.
Telemaquía
Juan José Arreola

sábado, 17 de julio de 2010

Entre plástica y café


Hace unas semanas, me encontraba en la ciudad vecina de San Luis Potosí visitando viejos amigos, entre ellos, a la pintora Verónica Elías -de quién, más temprano que tarde les hablaré, pues bien vale un texto entero, todo lo que en la cercanía de la frecuencia sabe que le admiro y que pronto haré público-, pero en este momento quiero hablarles de otra persona, que en esas taciturnas charlas de café, en el estudio de la Elías, se suelen tener entre la bastedad de su obra y sí, siempre con el mismo disco de Sabina. Recién había terminado una exposición retrospectiva de su obra, a la cual asistí de último momento y casi de sorpresa y que motivó la visita de distintas galerías y por la tarde noche, el ya mencionado café en el ya mencionado lugar. En algún momento entre visiones Borgianas y noticias de telediario, salió a relucir el tema de la plástica contemporánea en México, de la cual me declaro apenas informado, y entre nombres y opiniones, surgió uno que en lo particular desconocía: Arturo Rivera.

Este hombre, que en un tiempo que hoy pertenece al anclaje de la memoria fuese maestro de Verónica, me aniquiló apenas miré las primeras páginas de los libros -con tal incredulidad en mi rostro, el dulce desconcierto y la absorta contemplación de lo nuevo- que la Elías me alcanzó. Poseedor de trazos vehementes, que de inmediato me remitieron a Julio Ruelas, Goya (que no es poco decir) y Francis Bacon (de quién por cierto Cortázar escribiera un ensayo bellísimo titulado "Para una crucificción boca abajo", Papeles inesperados, Alfaguara, 2009. pp.: 403-406.), acaso en algunos momentos, mejores.

Imagen tras imagen, mi hambre voraz clamaba por esa violencia vertida sobre papel que retrata telas, madera y cuanta-más superficie servía de recipiente de dicha genialidad. Senderos de óleo y acrílicos que conducen a páramos surreales y no menos atáfagos. Las figuras, en ocasiones con la precisión de una fotografía, otras con la severidad de una autopsia sobre una mesa de comedor; el contraste de su profunidad de planos con colores solidos, lo proveen de un lenguaje propio -técnica impecable-. Características que inundaron de preguntas mi famélica concepción del arte. Desde una última cena, conpuesta de intelectuales descuartizándose, como académicos pendencieros en encuentros de regodees, pasmosa e inexorable regodees; hasta conejos crucificados, mujeres de rostros aterradores, cerdos hipnóticos y más de una vez, su rostro trémulo al borde del-abismo-que-te-mira-que-lo-miras. Su obra -extensa por cierto- trasciende el valor estético, los gustos personales; reta, no permite exentarse del juicio, capaz de inquietar al espíritu más apático: categórica.

Desde ese día en el estudio de Verónica, no he sido capaz de retirar las retorcidas imágenes que pueblan mis pensamientos. Dejé de escribir por unos días, sabedor de que ese descubrimiento, llenaría de sangre acrílica mis páginas y en lo único en que pude pensar para exorcizar esa necesidad, fue en este espacio. Los cafés no cesarán con la Elías y ahora, estarán endulzados de inacabables preguntas sobre la obra de su maestro, a quién no desmerece en lo absoluto y a quién hoy admiro, con la certidumbre de una inexplicable sensación de búsqueda finiquitada.